favoritos
Mostrando entradas con la etiqueta Mito y mitología. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Mito y mitología. Mostrar todas las entradas

miércoles, 25 de mayo de 2011

Las sirenas.

Las sirenas a diferencia de la costumbre popular, dentro de la tradición griega eran genios marinos, mitad mujeres y mitad aves. Su ascendencia no está clara. Según las versiones más comunes del mito, son hijas de Melpómene (musa de la tragedia) y de Aqueloo (dios del río homónimo y primogénito de los dioses-ríos). Pero otras versiones las hacen hijas de Aqueloo y Estérope, o Terpsícore (musa de la poesía y la danza) o también del dios Forcis. Según la versión de Libanio, nacieron de la sangre de Aqueloo, que fue derramada por Heracles (Hércules).
La primera mención que se conoce de las Sirenas es en La Odisea, cuando Odiseo se enfrenta a su canto en el mar. Aquí aparecen sólo dos, pero otras tradiciones hablan de tres: Pisínoe (Parténope), Agláope (Leucosia), y Telxiepia (Ligia) o incluso de cuatro: Teles, Redne, Molpe, y Telxíope.
De las sirenas se sabe que su especialidad era la música. Se cree que una tocaba la lira, otra cantaba y la otra tocaba la flauta.
Para el poeta y mitógrafo Ovidio, las sirenas no siempre tuvieron esa forma, sino que en un principio eran mujeres muy hermosas compañeras de Perséfone (diosa del mundo subterráneo y compañera de Hades), antes de que fuera raptada por Hades. Cuando sucedió el secuestro, ellas le pidieron a los dioses que les dieran alas para poder ir en busca de su amiga. Otra versión dice que su transformación fue un castigo de Démeter por no defender a su hija de Hades e impedir el secuestro. También se dice que Afrodita les quitó su belleza, por que despreciaban las artes del amor.
Hay una leyenda que cuenta que después de la metamorfosis, rivalizaron con las musas, y éstas muy ofendidas, las desplumaron y se coronaron con sus despojos.
De acuerdo con el mito más difundido, vivían en una isla del Mediterráneo que tradicionalmente es ubicaba frente a la costa italiana meridional, más específicamente frente a la Isla de Sorrento y con la música que tocaban atraían a los marinos, que aturdidos por el sonido, perdían el control del barco que se estrellaba contra los arrecifes. Entonces las Sirenas devoraban a los imprudentes navegantes.
Varios héroes pasaron por su isla incólumes, gracias a ardides o a la ayuda de algún dios. En el caso de los Argonautas, se cuenta que pasaron muy cerca de la isla de las sirenas, pero que Orfeo, que tenía fama de cantar maravillosamente (héroe griego) hizo uso de su talento con tanta armonía y tan melodiosamente, que no las escucharon por lo que se salvaron de su terrible destino. Butes (uno de los argonautas) no pudo soportar la tentación y se lanzó al mar, pero Afrodita lo rescató.
De igual manera, Odiseo (Ulises), fecundo en ardides, cuando se iban acercando a la isla temida, por consejo de Circe, ordenó a sus hombres que se taparan los oídos con cera, y él que no podía con la curiosidad de escucharlas, se hizo amarrar al mástil, con orden de que pasara lo que pasara, no lo desataran. Al escuchar los cantos de las sirenas quizo soltarse pero sus compañeros no se lo permitieron. Cuenta la leyenda, que las sirenas devastadas por su fracaso, se lanzaron al mar y murieron ahogadas.
Posteriormente, las sirenas pasaron a ser consideradas divinidades del más allá, y se suponía que cantaban para los bienaventurados en las Islas Afortunadas. Fue así como pasaron a representar las armonías celestiales y es así como las dibujan en los ataúdes y sarcófagos.

Aracne.

Aracne es hija de Idmón un tintorero y nació en Lidia. La joven era muy famosa por tener gran habilidad para el tejido y el bordado.
Cuenta la leyenda que hasta las ninfas del campo acudían para admirar sus hermosos trabajos en tales artes. Tanto llegó a crecer su prestigio y popularidad que se creía que era discípula de Átenea (diosa de la sabiduría y de las hiladoras).
Aracne era muy habilidosa y hermosa, pero tenía un gran defecto: era demasiado orgullosa. Ella quería que su arte fuera grande por su propio mérito y no quería deberle sus habilididades y triunfos a nadie. Por eso, en un momento de inconciencia, retó a la diosa, quien por supuesto aceptó el reto. Primero, se le apareció a la joven en forma de anciana y le advirtió que se comportará mejor con la diosa y le aconsejó modestia.
Aracne, orgullosa e insolente desoyó los consejos de la anciana y le respondió con insultos. Atenea montó en cólera, se descubrió ante la atrevida jovencita y la competencia inició. En el tapiz de la diosa, mágicamente bordado se veían los doce dioses principales del Olimpo en toda su grandeza y majestad. Además, para advertir a la muchacha, mostró cuatro episodios ejemplificando las terribles derrotas que sufrían los humanos que desafiaban a los dioses.
Por su parte, Aracne representó los amoríos deshonrosos de los dioses, como el de Zeus y Europa, Zeus y Dánae, entre muchos más. La obra era perfecta, pero Palas encolerizada por el insulto hecho a los dioses, tomó su lanza, rompió el maravilloso tapiz y le dio un golpe a la joven. Ésta sin comprender, se siente totalmente humillada y deshonrada, por lo que enloquece y termina por ahorcarse.
Sin embargo, Palas Atenea no permitió que muriera sino que la convirtió en una araña, para que continuara tejiendo por la eternidad.
Otra versión nos cuenta que Aracne tenía un hermano llamado Falange. Mientras ella aprendía con Palas Atenea las artes del tejido, Falange aprendía el arte de la guerra. Todo iba bien, hasta que la diosa descubrió que entre los hermanos existía una relación impía e incestuosa, por lo que los castigó convirtiéndolos en animales.

Afrodita.

Afrodita es la diosa del amor y la belleza, y se identifica en Roma con la antigua divinidad itálica Venus. Según una tradición es hija de Urano y según otra de Zeus y Dione.
En el caso de la primera historia, el nacimiento ocurre en el momento que Cronos (dios del tiempo) corta los genitales de su padre Urano y los lanza al mar, de donde surge Afrodita. De ahí que se le conozca como "la diosa nacida de las olas" o "nacida del semen de dios".
Una vez que salió del mar, Afrodita fue llevada por los vientos Céfiros, primero a Citera y luego a Chipre, donde las Horas la vistieron y la guiaron a la morada de los Inmortales.
Posteriormente, Platón imaginó que había una Afrodita Urania, la diosa del amor puro e hija de Urano; y Afrodita Pandemo, hija de Dione y diosa del amor vulgar. Sin embargo esta es una concepción filósofica tardía.
Afrodita es partícipe de un sinnúmero de leyendas. Primero, se casó con Efesto (el divino cojo y dios del Fuego), pero estaba enamorada de Ares (dios de la Guerra).
Cuenta Homero (escritor de La Odisea y La Iliada) que mientras los enamorados se entregaban a la pasión en una madrugada, en el lecho de Afrodita, Efesto celoso les había puesto una trampa, pues el Sol le había contado que su amada le estaba siendo infiel.
Cuando los amantes se dieron cuenta ya estaban atrapados en una red mágica que tenía el esposo de la bella diosa, y éste fue a llamar a todos los dioses para que fueran testigos del engaño. Todos se burlaron del asunto, pero Poseidón (dios del Mar) pidió clemencia y por eso Afrodita y Ares fueron liberados.
La diosa avergonzada huyó a Chipre, mientras que Ares se fue a Tracia. Sin embargo, sus amores tuvieron fruto y de tal unión nacieron Eros (dios del amor) y Anteros, Deimo y Fobos (el Terror y el Temor) y Harmonía. A veces también se agrega a Príapo.
A parte de Ares, Afrodita estuvo involucrada amorosomente con Adonis y a Anquises con quien tuvo a Eneas (héroe troyano y personaje de La Eneida de Virgilio) y a Lirno.
Pero, la diosa fue especialmente conocida por sus maldiciones e iras, pues cuando alguien caía en la desgracia de ofender a la diosa, se condenaba a tormentos terribles. Por ejemplo, castigó a la Aurora con un amor irrefrenable por Orión, ya que había cedido a las seducciones de Ares. También castigó a todas las mujeres de Lemnos, ya que éstas no la honraban, y las impregnó con un olor insoportable que provocó que sus hombres las abandonaran. De igual manera castigó a las hijas de Cíniras y las obligó a prostituirse con extranjeros.
Por otra parte, caer en su gracia era igual o más peligroso. Cuando la Discordia lanzó una manzana a la más hermosa de las diosas, e hizo que compitieran Afrodita, Palas Atenea y Hera, y Zeus decidió que fuera Alejandro (Paris, héroe troyano) el que definiera quién era la más hermosa, cada una le ofreció un regalo a cambio de que la escogiera. Palas Atenea le ofreció hacerlo invencible en la guerra, Hera le prometió el reino del universo, y Afrodita la mano de Helena (hija de Zeus y hermana de los Dioscuros), quien era la mujer más hermosa del mundo. Paris eligió a Afrodita y fue por esta promesa que se inició la famosa Guerra de Troya.
Afrodita agradecida con Paris, lo protegió durante toda la campaña así como a los demás aqueos, incluyendo a su hijo Eneas, a quien logró salvar de la muerte.
Aunque Troya iba a perder la guerra definitivamente, Afrodita logró rescatar la raza de los aqueos con su hijo Eneas, quien luego viajara a una tierra desconocida donde sus descendientes Rómulo y Remo fundarían Roma.
Así es como para lo romanos Afrodita, Venus para ellos, fuera su protectora particular y por eso César le levantó un templo bajo la invocación de Venus Madre.
Los animales favoritos de esta diosa eran las palomas, y estas aves arrastraban su carro. Sus plantas eran la rosa y el mirto.

Gea.

Gea es la madre Tierra de donde surgen todas las razas divinas. Ella nace después de Caos y antes de Eros (el Amor). Ella sola engendró a Urano (el Cielo) que la cubre al igual que Ponto (el mar).
Después se une con Urano y da a luz a los seis titanes: Océano, Ceo, Crío, Hiperión, Japeto y Cronos. También tuvo a las seis titánides: Tía, Rea, Temis, Mnemósine, Febe y Tetis (madre del héroe Aquiles). Después nacieron los cíclopes (monstruos gigantes con un solo ojo), divinidades relacionadas con el rayo y el trueno. Por último nacieron los Hecatonquiros, seres de cien brazos, gigantescos y violentos.
Urano odiaba a todos sus hijos, por lo que los obligaba a vivir en las profundidades de su madre. Un día ella decidió liberarlos y les pidió que se vengaran de su padre, pero todos le temían demasiado. Sólo el menor, Cronos aceptó, pues lo odiaba mucho. Gea le entregó una hoz de acero a su hijo. En la noche cuando Urano cubrió a Gea toda para unirse con ella, Cronos le cortó los testículos a su padre y los arrojó detrás de él. La sangre que brotaba de la herida fecundó a Gea y de ahí nacieron los Gigantes, las Herinias y las Ninfas de los Fresnos, además de todas las divinidades realcionadas con los árboles.
Posterior a esta mutilación, Gea se unió con Ponto de donde nacieron las divinidades marinas: Nereo, Taumante, Forcis, Ceto y Euribia. Mientras, Cronos reinaba en el mundo y se había vuelto un tirano terrible y había encerrado a sus hermanos en el Tártaro, por lo que Gea planeó una nueva venganza. Los hijos de Rea y Cronos habían sido devorados por su padre, pero cuando ella estaba en cinta de Zeus, pidió ayuda. Gea y Urano le revelaron el secreto de los Destinos y le enseñaron como burlar a Cronos. Cuando el niño nace, Gea lo esconde en una caverna, al mismo tiempo que a Cronos le era entregada una piedra envuelta en mantillas, a la que devoró sin notar la diferencia.
Cuando Zeus estuvo mayor, luchó abiertamente con Cronos y Gea le hizo saber que necesitaría la ayuda de los Titanes. Estos al ser liberados por Zeus del Tártaro, le dieron el rayo, el trueno y el relámpago, armas con las que destronó a su padre.
Pero Gea seguía descontenta por la suerte de los Hecatonquiros, que habían sido derrotados, por lo que se une con Tártaro (dios de los abismos) y engendró a Tifón, con el que tuvieron que luchar los dioses por largo tiempo. Además nació de esta unión otro monstruo, Equidna.
La mayoría de las teogonías le atribuyen a Gea la maternidad de diversos monstruos como Caribdis, las Harpías, Pitón, el dragón guardián del vellocino de oro, e incluso la Fama.
Con el tiempo, Gea se convirtió en la madre universal, y conforme el mundo helénico personificaba a sus dioses, la tierra se encarnaba en divinidades como Démeter o Cibeles, y la tierra como elemento abandonaba la mitología.
Gea se consideraba además, como inspiradora de muchos oráculos, poseía los secretos de los Destinos, y sus predicciones eran más antiguas y seguras que las del mismo Apolo.

Tesis.

Tetis es una de las Nereidas. Su padre es Nereo, el Viejo del Mar y su madre es Dóride. Además, se le conoce por ser la madre de Aquiles.
Es una divinidad marítima e inmortal. Según otra versión es hija del centauro Quirón, pero esto no es lo más difundido.
La crió la diosa Hera (esposa de Zeus, dios de dioses) con la que guarda un verdadero vínculo y por lo general se ayudan en las malas, y se acompañan en las buenas.
Por ejemplo, una vez en que Zeus arrojó a Hefesto (dios del fuego, llamado también Divino Cojo) de la cumbre del Olimpo, debido a que éste quiso intervenir en una discusión de la pareja en favor de Hera, Tetis recoge al pobre dios. También es por orden de Hera que Tetis se hace cargo de la nave Argo donde viajan los Argonautas.
Se dice incluso que en una ocasión en que Zeus intentó conquistarla, la diosa se negó y lo rechazó para no molestar a Hera.
Sobre esto, hay otras teorías que dicen más bien que tanto Zeus como Poseidón (dios del océano) querían enamorar a la nereida, pero que por un oráculo se enteraron que el niño que ella tuviera sería más poderoso que su padre. Por eso para evitar derrocamientos y luchas de poder, prefirieron abstenerse y permitir que un mortal la amara.
Quirón se enteró de esto, y aconsejó a Peleo (su mortal protegido) que no desaprovechara la ocasión de emparentarse con una divinidad. Aunque la diosa se resistió, al final Peleo logró que ella accediera al amor.
Una vez casados, Tetis dio a luz a Aquiles (el héroe de la Ilíada). Tetis intentó por todos los medios otorgarle la inmortalidad a su hijo, procedimientos que resultaban peligrosos. Se cuenta que introdujo a Aquiles en fuego, pero que Peleo logró llegar a tiempo y así sucesivamente hasta que un día, decidió introducirlo en laguas de la laguna Estigia, en el Hades. Para ello lo tomó del talón, pero no pudo terminar porque Peleo llegó y de nuevo la detuvo. Así, el talón de Aquiles quedó vulnerable.
Debido a estos intentos de otrogarle la inmortalidad a Aquiles, Peleo decide disolver el matrimonio con Tetis, pues el no comprende y cree que Tetis desea hacerle daño al niño. No obstante, Tetis se mantuvo siempre pendiente de Aquiles.
Siempre lo protegió, y para la guerra de troya, ella intentó que él no fuera pues sabía que allí encontraría su final. Primero lo esconde entre las mujeres durante el reclutamiento de los soldados. Después, ya en la costa no lo deja desembarcar primero porque quien lo hiciera estaba destinado a morir. Le dio armas especiales, y después del amuerte de Patroclo (el amigo de Aquiles), Tetis le pide a Hefestos que fabrique unas armas para el joven héroe. Siempre loconsoló en momentos difíciles y trató de evitar que matara a Héctor, pues sabía que esa sería su propiacondena de muerte.
Una vez muerto Aquiles, Tetis se encargó de su nieto Neoptólemo.

Némesis.

Némesis, hija de Nix (la diosa noche) personifica la Venganza divina, y por eso se encarga de castigar a quienes caen en la desmesura, uno de las grandes faltas para los griegos.
Esta desmesura o Hubriz es por ejemplo el exceso de felicidad en los humanos, el orgullo, la soberbia, y por supuesto el desafío a los dioses.
La existencia de esta venganza divina encuentra su explicación en la cosmovisión que tenían los griegos, para quienes el equilibrio (svfrosunh) era lo más importante. Cuando éste se rompía, se ponía en peligro el orden de las cosas, por lo que era necesario el castigo para mantener al mundo tal y como es.
De esta manera, en el caso de Creso -hombre demasiado feliz y demasiado rico- es llevado por Némesis a una peligrosa expedición donde debe vencer a Ciro. Esta acción termina por ser la ruina de Creso.
Lo mismo sucedió con los persas, quienes incurrieron en la desmesura de dar por cierta su victoria sobre Atenas. Nunca lograron conquistarla, por lo que con un bloque traído por los mismos persas -con intención de hacer un trofeo de su victoria- el famoso escultor Fidias hizo una estatua de Némesis, que sirvió de motivación para los atenienses en Maratón, donde obtuvieron una contundente victoria.
Némesis intervino en muchas historias, con la intención de mantener el preciado equilibrio (svfrosunh) de los griegos. Pero además, es conocida por sus amoríos involuntarios con Zeus.
Cuenta la leyenda, que Némesis era objeto de desvelos amorosos de Zeus, y ella no lo deseaba, por lo que para tratar de huir del abrazo del gran dios, ella cambió de forma mil veces, hasta que al final se conviertió en una oca. En ese momento, Zeus se convierte en cisne y la hace suya.
Por esta unión, Némesis puso un huevo. Unos pastores lo recogieron y se lo entregaron a Leda. De este huevo nacieron los Dioscuros -Castor y Polux- y la bella Helena, quien luego sería la causa de la terrible Guerra de Troya.

Las ninfas.

Durante la época homérica, se cree que eran hijas de Zeus. Son consideradas divinidades secundarias a las que se les pueden hacer plegarias, pero que también pueden resultar temibles.
Ellas son doncellas que habitan en la campiña, el bosque y las aguas. Normalmente se las encuentra en grutas donde se entretienen cantando y bailando. Es común que sean el séquito de algún dios o diosa más importante, como Artemisa en particular, o de otra ninfa de más alto nivel, como Calipso o Circe.
Hay diferentes categorías de ninfas de acuerdo con el lugar donde viven. Así están las Ninfas de los Fresnos, o Melíades, que parecen ser las más antiguas. Son hijas de Urano. Las Náyades que viven en las fuentes y las corrientes de agua. Por su parte, las Nereidas son ninfas del mar en calma. También existen las Oréades, que viven en las montañas y en las florestas habitan las Alseides.
Todas las ninfas tuvieron mucha importancia en diversas leyendas. Es común encontrarlas como esposas de algún héroe o semidiós, por ejemplo la Egina casada con Éaco, o la ninfa de Taigete. Además, es frecuente verlas intervenir en los mitos amorosos como en las leyendas de Calisto o Dafne, donde sus amantes más frecuentes eran los espíritus masculinos de la naturaleza como Pan, los Sátiros, o Príapo para mencionar algunos. Pero los grandes dioses no eran la excepción, y varias de ellas se unieron en diversas ocasiones con Zeus (dios de los dioses), Apolo (dios del sol y el arte), Hermes (mensajero de los dioses), y Dionisios (dios del delirio místico y el vino), entre otros. De igual forma, era normal que se enamoraran de un adolescente mortal y lo raptaran para compartir su cama con él.

Ártemisa

Esta diosa equivale en Roma a Diana, la Cazadora. Según algunas tradiciones, es hija de Démeter (diosa de la fertilidad); sin embargo es más común que se considere hermana gemela de Apolo (dios del arte y de la adivinación), y por lo tanto hija de Leto y Zeus (dios de los dioses).
Ella es la primogénita, e inmediatamente ayudó a Apolo a venir al mundo. Luego, recién nacidos, Apolo y Ártemisa que tenían grandes habilidades de cazadores, mataron a un dragón que se disponía a atacarlos. Pero, una de sus más renombradas azañas es la de asesinar, entre los dos, a los hijos de Níobe, quien había insultado a Leto. Apolo se enfrentó y acabó a los seis muchachos, mientras que Ártemisa se encargó de la seis doncellas. Famoso es también el hecho de que para salvar a su madre mataron al gigante Ticio que trataba de violarla.
Ártemisa se mantuvo eternamente virgen y joven, por lo que siempre fue un emblema de las doncellas jovenes. Nunca conoció la dependencia a hombre. Su único placer era la caza, y debido a esto andaba siempre armada con una arco, con el que cazaba y perseguía a sus víctimas que iban desde veloces ciervos hasta humanos caídos en desgracia. Uno de sus castigos clásicos, es enviar la muerte a las mujeres que van a dar a luz. Las muertes repentinas e indoloras son también de su cosecha. Es muy propicia a la cólera y es en extremo vengativa.
Dentro de sus luchas y triunfos más destacados se pueden contar el combate contra los Gigantes, donde se enfrentó a Gratión. De igual forma, venció en combate a los monstruos Alóadas; en Arcadia, a Búfago (el devorador de bueyes); a Orión, el cazador gigante, quien habría incurrido en la cólera de la diosa, por retarla a lanzar el disco, según algunas tradiciones. En otras versiones, Orión intenta robar a una de sus compañeras, e incluso hay quienes dicen que el cazador intentó violar a la propia Ártemis. Otra de sus víctimas importantes fue Calisto, a la que mató por orden de Hera (esposa de Zeus), quien quería castigarla por haberse dejado seducir por Zeus.
Interviene en la historia de la familia de los atridas (Agamenón y Menelao), pues Agamenón al matar un ciervo, comparó su habilidad con la de la propia diosa. Ésta en respuesta, inmoviliza su flota y exige el sacrificio de Ifigenia, a quien salva en el último momento trasladándola a Táuride.
Se ha identificado a la diosa con la luna errante por las montañas, paralelamente a su hermano que era la personificación del sol. Sin embargo, no todos los cultos o mitos referentes a Ártemisa son celenes (lunares), pues en el panteón helénico era clasificada como la diosa de las bestias, e incluso ha sido objeto de cultos que incluían el sacrificio humano, como el de Táuride.
Ártemisa era la protectora de las amazonas, quienes eran cazadoras y guerreras como ella y estaban libres del yugo masculino igual que ella. (ver Las Amazonas).
Su culto se expandió por todas las regiones montañosas de Grecia como Arcadia, el territorio espartano, el monte Taigeto, Élide y Laconia entre otras. Su mayor templo se encontraba en Éfeso, donde la cazadora había asimilado a la diosa de la fecundidad asiática.

Fedra.

Fedra es hija de Minos (rey de Creta) y Pacifae (hija de Helio, madre del minotauro), y hermana de Ariadna (ayuda a Teseo a matar el minotauro).
Deucalión (hermano de Fedra y rey de Creta) decide que su hermana contraerá matrimonio con Teseo (rey de Atenas), quien según algunas versiones ya estaba casado con una amazona (Antíope, Hipólita), a quien aparentemente había raptado. El día de la boda entre Teseo y Fedra se produjo una guerra con las amazonas, y éstas perdieron.
El motivo de la guerra varía según la versión, pues hay quienes creen que la guerra era producto del rescate que las amazonas iban a hacer de Hipolita, secuestrada vilmente por Teseo. Otros opinan que más bien ellas atacaban para resarcir a Hipólita, quien había sido repudiada por Teseo al casarse con Fedra.
El ataque ocurre el mismo día de la boda entre Fedra y Teseo, y Hipólita muere. Según algunos lucha contra las amazonas y sólo al morir ella Teseo decide casarse con Fedra, y para otros, los atenienses logran defender a su rey y matar a Hipólita. Incluso, hay quienes siguen una tradición oscura que indica como Teseo mismo inmolaba a Hipólita para cumplir con un oráculo.
Hipólita y Teseo habían tenido un hijo llamado Hipólito. El joven era hermoso y casto y Fedra sin poder vitarlo se enamoró de él perdidamente. Hipólito debido a su castidad y al respeto por su padre rechaza a Fedra, pues una relación entre ellos habría sido incestuosa, ya que ella era la esposa de su padre y él habría tenido que profanar el lecho paterno.
Fedra entonces empieza a preocuparse porque Teseo, su esposo nunca se llegue a enterar de su secreto amor y cree que Hipólito es capaz de contarle en un acto de fidelidad y honestidad. Para evitarlo y así conservar su honra, Fedra hace creer a Teseo que Hipolito había tratado de ultrajarla.
El padre llevado por la cólera, manda a desterrar a su hijo y pide a Poseidón su muerte. Hipólito cumple los designios de Poseidón y muere arrastrado por sus caballos.
Entonces Fedra, abrumada por la culpa decide suicidarse y se ahorca. El gran trágico Eurípides se encargó de mostrar dos versiones de esta tragedia de la que se conserva una y es la fuente más conocida para el mito. De acuerdo con eata tragedia, Fedra se quita la vida antes de que Hipolito muera dejándo una carta que evidenciaba supuestamente la culpa de Hipolito, ante lo cual el padre xige castigo y luego el joven muere perdonandoa su padre, quien al final descubre la verdad.

Narciso.

Narciso era hijo del dios boecio del río Cefiso y de Liriope, una ninfa acuática. El famoso vidente Tiresias ya había hecho ]a predicción de que viviría muchos años, siempre y cuando no se viese a sí mismo. A los 16 años Narciso era un joven apuesto, que despertaba la admiración de hombres y mujeres. Su arrogancia era tal que, tal vez a causa de ello, ignoraba los encantos de los demás. Fue entonces cuando la ninfa Eco, que imitaba lo que los demás hacían, se enamoró de él. Con su extraña característica, Eco tendía a permanecer hablando cada vez que Zeus hacía el amor con alguna ninfa. Narciso rechazó a la pobre Eco, tras lo cual la joven languideció.
Su cuerpo se marchitó y sus huesos se convirtieron en piedra. Sólo su voz permaneció intacta. Pero no fue la única a la que rechazó y una de las despechadas quiso que el joven supiese lo que era el sufrimiento ante el amor no correspondido. El deseo se cumplió cuando un día de verano Narciso descansaba tras la caza junto a un lago de superficie cristalina que proyectaba su propia imagen, con la que quedó fascinado. Narciso se acercó al agua y se enamoró de lo que veía, hasta tal punto que dejó de comer y dormir por el sufrimiento de no poder conseguir a su nuevo amor, pues cuando se acercaba, la imagen desaparecía.
Obsesionado consigo mismo, Narciso enloqueció, hasta tal punto que la propia Eco se entristeció al imitar sus lamentos.
El joven murió con el corazón roto e incluso en el reino de los muertos siguió hechizado por su propia imagen, a la que admiraba en las negras aguas de la laguna Estigia. Aún hoy se conserva el término «narcisismo» para definir la excesiva consideración de uno mismo.

Eros.

Eros es el dios del amor. En un principio se consideraba nacido a la par de Gea y del Caos. También se piensa que nació del Huevo Original engendrado por la Noche, cuyas dos mitades al romperse formaron el cielo y la tierra respectivamente.
Otras versiones que insistían en verlo como un dios menor, y que le quitaban el simbolismo de cohesión interna del cosmos, apuntaban que Eros era un genio intermediario entre los hombres y los dioses, y que había nacido de Poros (el Recurso) y Penía (la Pobreza). Se caracteriza por ser una fuerza inquieta e insatisfecha.
La tradición más aceptada y difundida establecía que era hijo de Afrodita (diosa del amor) y de Hermes (mensajero de los dioses). Gracias a los poetas clásicas Eros adqurió su fisonomía más conocida que es la de un niño alado, que se divierte llevando el desasosiego a los corazones.
Sin embargo, se ha descubierto que hay diversas genealogías para este dios. A veces se le tiene por hijo de Hermes y Artemisa Ctonia, o bien de distintas Afroditas. Así habría un Amor, hijo de Hermes y Afrodita Urania, Anteros -amor contrario o recíproco- hijo de Ares (dios de la Guerra) y Afrodita (hija de Zeus y Dione). Otro sería hijo de Hermes y Artemisa (hija de Zeus y Perséfone) y es este el que se identifica más con el tradicional niño alado.
Puede ser según ciertas representaciones que los inflame con la llama del amor, o que los hiera con las flechas. Pero por más ingenua que sea su apariencia, se adivina en el fondo al dios poderoso y grande. Su madre le tiene muchas consideraciones y cierto temor.
Una de las historias más conocidas y además muy romántica donde interviene Eros, es en la que se enamora de la mortal Psique, y de cómo pierde a su amada y luego la recupera, casándose con ella.
En ocasiones, se le llama Amor o Amores, y su versión latina es conocida como Cupido.

Atalanta.

Atalanta fue una heroína vinculada al ciclo arcadio como relacionada con las leyendas beocias, consagrada a Artemisa y reconocida por sus inmejorables habilidades para la caza.
Sus orígenes varían según la versión del mito. Así, puede considerarse como hija de Yaso, descendiente de Árcade, y de Clímene, quiene era hija de Minia rey de Orcómeno. Para Eurípides y otros, su padre es más bien Ménalo, por quien la isla Ménalo fue nombrada. Sin embargo, la versión más difundida, especialmente desde Hesíodo, es en la que Atalanta es hija de Atamante y Temisto, gracias a lo cual se relaciona con la cultura beocia.
Su padre quería únicamente hijos varones y por eso al nacer Atalanta, la abandonó en el monte Partenio a su suerte. Ella pudo sobrevivir gracias a que una osa la cuidó y la amamantó, hasta que unos cazadores la encontraron y decidieron criarla.
Una vez que se convirtió en una bella y ágil mujer, Atalanta decidió no casarse y mantenerse virgen para consagrarse a la diosa de la cacería, Artemisa, a quien emulaba con sus acciones. Por ello, Atalanta vivía en el bosque cazando y llegó a ser una de las cazadoras más renombradas de la antigüedad.
Como mujer que era enfrentó muchos peligros, como cuando dos centauros -Reco e Hileo- quisieron violarla, pero ella siempre pudo defenderse gracias a sus inigualables habilidades, y mató a los centauros con sus flechas. Su fama se difundió sobre todo después de participar en la cacería del jabalí de Calidón y luego de obtener el premio a la carrera en los juegos fúnebres organizados en nombre de Pelias, donde compitió con Peleo, padre de Aquiles, el de los pies ligeros, héroe del ciclo toryano.
Además de estar consagrada a Artemisa, lo que implicaba que debía mantenerse virgen, Atalanta había recibido un oráculo en el que se le anunciaba que el día en que se casara, iba a ser convertida en animal. Por ello, y para evitar cualquier pretendiente, anunció que su esposo sería sólo aquel que lograra vencerla en la carrera, con la condición de que si ella triunfaba, debía matar a su oponente. Sin embargo, a pesar del peligro, muchos lo intentaron e irremediablemente perecieron, pues ella era invencible, aún cuando la joven siempre les daba alguna ventaja al inicio de la carrera.
Ahora bien, como era de esperarse apareció el joven que logró vencer a Atalanta en la competencia. En algunas versiones se dice que fue Hipómenes, hijo de Megareo, o también Melanión, hijo de Anfidamante y por tanto primo hermano de la cazadora virgen, cuando se la considera hija de Yaso.
El apuesto oponente decidió probar suerte en la carrera para obtener la mano de Atalanta, pero tenía una gran ventaja y es que llevaba con él unas manzanas de oro que le había regalado Afrodita, diosa del amor, y que procedían probablemente del jardín de las Hespérides o de un santuario de la diosa en Chipre. Durante la competencia, cada vez que Atalanta le iba a dar alcance, el joven dejaba caer una de las manzanas, que Atalanta se detenía a recoger, ya sea fascinada por su belleza o incluso dispuesta a dejarse engañar porque realmente había sido conquistada por el atrevido joven. En fin, como ella se distraía con cada manzana que caía, el joven pudo vencerla y así obtuvo su mano.
La pareja muy enamorada vivió feliz durante un tiempo, compartiendo sus cacerías y hazañas. En una de estas persecuciones, los esposos entraron en un santuario de Zeus (aunque a veces se dice que de Cibeles), y enemorados como estaban se detuvieron y gozaron de su amor. Zeus montó en cólera por el sacrilegio y transformó a la pareja en dos leones. Aparentemente, los griegos creían que los leones no se cruzaban entre sí, sino que lo hacían con los leopardos, de manera que al convertirlos a ambos en leones, Zeus estaba no sólo quitándoles su condición humana, sino condenándolos a una vida separada.
Otra versión de este suceso, es que después de la cacería en que el joven había vencido a Atalanta, éste no había agradecido a Afrodita su ayuda para poder vencer a la bella muchacha, y entonces la diosa molesta, provoca la profanación del templo, hecho por el cual Zeus los castiga y los convierte en leones.
Atalanta dio a luz un hijo, Partenopeo, que participó en la primera expedición de los siete contra Tébas. A veces se dice que este niño fue fruto de su matrimonio, pero también hay leyendas que indican que es hijo de Ares o de Meleagro.
Atalanta fue tan importante que de hecho hay varios mitógrafos, como Apolodoro, que la incluyen entre los Argonautas, grupo de héroes de la antigüedad que partió en un difícil viaje en busca del bellocino de oro. Ella, como era de esperarse, fue la única mujer que participó en esta travesía.
En Epidauro, estaba la fuente de Atalanta, y se decía que en una cacería, la joven tuvo sed por lo que golpeó la roca con su jabalina, de donde brotó al instante la fuente.
Atalanta es de gran importancia, pues simboliza la mujer contestaria que se rebeló contra todos los esquemas patriarcales de la Grecia antigua y logró obtener el respeto de sus contemporáneos así como de la posteridad.

Las musas.

Las musas son divinidades femeninas que presiden las artes y las ciencias, e inspiraban a los filósofos y a los poetas.
Aunque su número varíe según los autores, por lo general se acepta que son nueve, nacidas de nueve noches seguidas de amor entre Zeus y Mnemósine, una de las titánidas. Las musas son por lo tanto nietas de Urano, el Cielo, y Gea, la Tierra.
Estas diosas se presentan como cantantes en las fiestas de los dioses, y forman parte del séquito de Apolo. Su primer canto fue el de la victoria de los dioses del Olimpo sobre los Titanes y el establecimiento de un nuevo orden cósmico. Se decía también que acompañaban a los reyes, dándoles las palabras necesarias para gobernar, inspirándoles sabiduría y otorgándoles la virtud de la justicia y la clemencia, con la que se ganaban el amor de sus súbditos.
Las musas se encontraban con frecuencia en el monte Parnaso, que estaba consagrado a Apolo. A los pies de este monte se encontraba la fuente Castalia, en la que los artistas se purificaban antes de entrar al templo del dios. También tenían un santuario en el Helicón, la montaña más alta de Beocia, donde se encuentra la fuente Hipocrene, que surgió de una coz del caballo alado Pegaso.
La mayor y más distinguida de las musas es Calíope, que presidía la elocuencia y la poesía épica. Era representada con un estilete y una tabla de escritura. Varias leyendas la presentan como la madre de los cantores Orfeo y Linus.
Clío es la musa de la historia y de la poesía heróica. Se dice que fue quien introdujo el alfabeto fenicio en Grecia. Es también la madre de Jacinto, compañero de Apolo. Se la representa con frecuencia sosteniendo un rollo de pergamino.
Erato es la musa de la poesía amorosa, además de la mímica. En el arte se la muestra con una lira.
Euterpe es la musa de la poesía lírica y de la música. Se le atribuye la invención de la flauta doble, con la que es representada.
Melpómene es la musa del teatro trágico. Usa los coturnos tradicionales de los actores, y es representada con un cuchillo en una mano y la máscara trágica en la otra.
Polimnia preside los himnos sagrados y la elocuencia. Aparece con frecuencia en una actitud meditativa, con la mirada seria y un codo apoyado en una columna. A veces se la muestra con un dedo sobre la boca, simbolizando el silencio y la discreción.
Terpsícore es la musa de la danza y de los coros dramáticos. Se la representa sentada con una lira en las manos. Varias leyendas le atribuyen la maternidad de las sirenas.
Talía preside el arte de la comedia y de la poesía pastoral. Sus atributos son la máscara de la comedia y el cayado de pastor.
Urania es la protectora de los astrónomos y los astrólogos. En el arte aparece con una esfera en la mano izquierda y una espiga en la derecha. Está vestida con un manto cubierto de estrellas y mantiene la mirada hacia el cielo.
A pesar de su importancia, las musas aparecen en muy pocos mitos. Según una leyenda el rey Píero de Pieria, en Tracia, tenía nueve hijas que eran muy hábiles en el arte del canto. Estaban tan orgullosas de esta virtud que decidieron viajar hasta el Helicón y retar a las musas a una competencia, que las diosas aceptaron. Las piérides entonaron una canción maravillosa que incluso los pájaros enmudecieron al escucharlas, pero el canto de las musas conmovió hasta las piedras. Las piérides, derrotadas, fueron castigadas por su arrogancia; las musas las transformaron en urracas, cambiando sus voces por graznidos

La quimera.

La Quimera es otro animal fantástico de la mitología griega. Era hija de Tifón (hijo menor de Gea) y Equidna (la víbora).
Es una mezcla entre la cabeza de un león, busto de cabra y cola de serpiente, aunque también se la ha representado con varias cabezas, una de cabra y otra de león. Lo más aterrador de esta criatura es que expulsaba fuego por la boca, por lo que resultaba casi invencible y sumamente peligrosa.
El rey de Caria, Amisodares la crió y su lugar de residencia era Pátara.
La Quimera asotaba con su fuego y cometía pillaje, robándose los rebaños en la ciudad de Licia. Por esto, el rey Yóbates le pide a Belerofonte (héroe griego, hijo de Poseidón) que la mate. Además, el rey tenía la doble intención de deshacerse de Belerofonte pues su hijo se lo pide en una carta.
Belerofonte que era favorito de los dioses, fue a luchar con la Quimera acompañado del caballo alado Pegaso (hijo de la Gorgona y Poseidón). Se cuenta en la leyenda que Belerofonte, haciendo uso de su astucia, puso un trozo de plomo en la punta de su lanza.
Al enfrentarse con el fuego de la Quimera, hizo que se calentara el plomo y éste matara a la bestia.
El nombre de Quimera también fue utilizado para llamar a una ninfa siciliana que se enamoró del hermoso Dafnis.

domingo, 10 de abril de 2011

La leyenda de Pegaso.

Pegaso es un caballo alado. Su nombre proviene de la palabra griega phgh, que significaba manantial, pues se decía que había nacido en las fuentes del Océano.
Hay varias versiones de su nacimineto. Por un lado se decía que había nacido del cuello de la Gorgona, cuando Perseo la mató en el mar. En esta perspectiva, resulta que su padre es Poseidón, y Crisaor su hermano gemelo.
Otra versión sostiene que nació en la tierra, fecundado por la sangre derramada de la Gorgona, cuando Perseo la mató.
Una vez que nació, Pegaso fue al Olimpo, donde se puso a las órdenes de Zeus, al llevarle el rayo.
El papel de Pegaso más importante es en la leyenda de Belerofonte, sobre la que hay diversos argumentos. Por un lado, se decía que Pegaso había sido regalado a Belerofonte por la diosa Atenea (diosa de la sabiduría), pero según otras historias fue Poseidón el que dio el caballo a Belerofonte. También se contaba que el héroe lo había encontrado, cuando bebía en la fuente de Pirene.
Pegaso el caballo alado.
Fue gracias a Pegaso que Belerofonte pudo matar a la Quimera y lograr por sí solo la victoria sobre las Amazonas.
Cuando Belerofonte muere, Pegaso volvió a la morada de los dioses. Tiempo después, se dio el concurso de canto que enfrentó a las Musas con las hijas de Píero. El Monte Helicón estaba muy complacido por la belleza de las voces, por lo que empezó a crecer amenazando con llegar al cielo.
Al ver el peligro, Poseidón le ordenó a Pegaso que fuera y golpeara a la montaña con uno de sus cascos para ordenarle qe volviera a su tamaño normal, a lo que la montaña obedeció dócilmente. Pero, en el lugar donde Pegaso la había golpeado brotó la Fuente Hipocrene, o Fuente del Caballo.
Por último, Zeus lo convirtió en Constelación, para que fuera eterno. Cuando esto sucedió, un pluma de sus alas cayó cerca de Tarso, y así la ciudad adoptó su nombre.

El mito de Casandra.

Casandra es hija de Príamo y Hécuba y es hermana gemela de Héleno. Al nacer, se hizo una fiesta en el templo de Apolo, en las afueras de Troya.   Al anochecer, los padres se marcharon y dejaron a los bebés en el templo por un olvido. Al día siguiente, cuando regresaron a recogerlos, los gemelos estaban dormidos y dos serpientes les pasaban la lengua por los órganos de los sentidos para purificarlos. Los padres empezaron a gritar de angustia, ante lo cual las serpientes se retiraron. Fue así como Casandra y Héleno tuvieron el don profético cuando fueron adultos.Otra versión de la leyenda, indica que Apolo se había enamorado de Casandra y le prometió a la joven el don de la profesía se aceptaba entregarse a él. Ella aceptó, pero una vez iniciada en las artes de la adivinación, se negó a cumplir su parte del trato. Ante esto, Apolo le escupió en la boca y le retiró el don de la persuación, por lo que aunque ella dijera la verdad, nadie le creería.   Lo que sucedía con su don de profecía, es que el dios Apolo tomaba posesión de ella, y en ese estado ella formulaba los oráculos. El don de Héleno era diferente e interpretaba el porvenir, mediante la examinación de las aves y signos exteriores por el estilo.   Casandra es fundamentalmente conocida por sus predicciones en dos momentos cruciales en la historia de Troya. El primero ocurre cuando ella predice que Paris -siendo desconocido- traerá la ruina a la ciudad. Cuando éste va a ser condenado a muerte, ella reconoce en último momento que el joven es hijo de Príamo.    Después, cuando Paris aparece con Helena en Troya ella indica que el hecho provocará la ruina de la ciudad, pero nadie la escucha. Luego, después de la muerte de Héctor, cuando regresa Príamo, ella descubre que su padre trae el cadáver de su hermano antes de que este hecho se sepa. Además, se opone rotundamente junto con el adivino Laocoonte a que se introduzca el famoso caballo de madera, pues ella sabía que éste era una trampa y que adentro venían guerreros aqueos. Por supuesto, nadie le cree y Apolo envía unas serpientes para que devoren a Laocoonte y a sus hijos. Por eso, los troyanos permiten que el caballo entre en la ciudad. Durante el saqueo, Casandra se oculta en el templo de Atenea, pero Áyax la persigue. Ella se abraza a la diosa, pero Áyax no se detiene y la arranca de ésta, provocando que la estatua se tambalee. Ante esto, los troyanos se ofenden y van a lapidar al joven guerrero, pero éste se refugia en el templo que acaba de ofender y se salva. Posteriormente, cuando los aqueos se reparten el botín, Casandra es entregada a Agamenón, quien se enamora perdidamente de la joven. Ella se había mantenido virgen hasta el momento, pero ahora le pertenece a Agamenón y de él tiene aparentemente unos gemelos llamados Teledamo y Pélope.
    Según una versión, cuando Agamenón llega a Miscenas, su esposa Clitemnestra lo mata y asesina a Casandra por celos, aún cuando ella misma tenía un amante. Casandra es también conocida como Alejandra, y Licrofón la hace protagonista de un poema que se cree profético.

domingo, 20 de febrero de 2011

Musas griegas.

Mitología griega: musas

Según la mitología griega, las Musas son las nueve hijas de Zeus y de Mnemósine. Éstas fueron engendradas, según el mito, en nueve noches consecutivas.

Según el historiador griego del S.II Pausanias, al principio las musas fueron tres: Aedea (el canto, la voz), Meletea (la meditación) y Mnemea (la memoria). Juntas representaban las precondiciones del arte poético en la práctica del culto religioso.

La tradición les atribuía dos residencias: la una sobre el monte del Parnaso y la otra sobre el Helicón. Es Platon en el año 401 a.c. aprox. y, posteriormente, los autores neoplatónicos, el que hace de nueve Musas las mediadoras entre el dios y el poeta o cualquier creador intelectual.
Contrariamente a una creencia difundida, no hay ningún tipo de correlación entre los artes tradicionales y las Musas. Las Musas presentes en las artes son:

Calíope: Musa de la elocuencia y de la poesía épica. Sus diferentes representaciones artísticas son una corona de laureles, un libro, una tablilla, un estilete y una trompeta.

Clío: Es la musa de la historia. Sus diferentes representaciones artísticas son una corona de laureles, un libro o un pergamino, una tablilla, un estilete y un cisne.

Erato: Es la musa del arte lírico de la elegía. Sus representaciones artísticas con una lira, una viola y un cisne.

Euterpe: Es la musa de la música. Su representación artística suele ser una flauta (simple o doble).

Melpómene: Es la musa de la tragedia. Se representa con una corona, con una espada o con una máscara trágica.

Polimnia: Es la musa de la retórica. Se representa con un gesto serio y con un instrumento musical (normalmente un órgano).

Talía: La musa de la comedia. Normalmente se la representa con un instrumento de música (generalmente una viola), una máscara cómica y un pergamino.

Terpsícore: La musa de la danza. Se la representa con un instrumento musical de cuerda: una viola o una lira.

Urania: La musa de la astronomía y de la astrología. Es representada habitualmente con un compas, con una corona de estrellas y con un globo celeste.

Homero y Hesíodo.

Homero y Hesíodo están considerados ambos como los padres y precursores de la mitología griega. Es gracias a ellos que ésta ha conseguido llegar hasta nuestros días tal y cómo la conocemos. Pero aunque sus poemas utilizan el mismo verso y la misma lengua, las diferencias entre sus obras son notables. La obras homéricas “La Ilíada” y “la Odisea” están referidas hacia los dioses de la luz, mientras que la obra poética de Hesíodo “Teogonía” y “Los trabajos y los días” se refieren más hacia los dioses de la sombra.
Homero: UlisesOtra de las muchas diferencias que encontramos en las obras de estos dos grandes precursores de la mitología griega es el orden de nacimiento en los hijos de Cronos y las razones de su proclamación como Dios de dioses. Según Homero, Zeus es el mayor de los hijos de Cronos (Poséidon lo subraya repetidas veces en sus obras) y es debido a esa primogenitura que Zeus asegura su poder y su dominación sobre los otros dioses.

Pero por el contrario, en la obra poética de Hesíodo, Zeus es el tercer hijo de Cronos. Y su puesto como dominador de los otros dioses es debido a su victoria sobre su propio padre. Esta victoria es la que le asegura su dominación sobre los dioses y sobre los hombres.

domingo, 23 de enero de 2011

Zeus y Danae.

Danae es otra de las mujeres mortales que inspiran un gran amor al padre de los dioses. También en este mito se unen, como en casi todos, el amor, la belleza y la muerte. No nos cansaremos de repetirlo: ¿se puede hablar acaso de una verdadera historia de amor que no esté inspirada por la belleza de la mujer y que no termine por la muerte de alguno de los dos protagonistas, o de ambos? Existen muy pocas leyendas de amor feliz, y entre ellas la de Filemón y Baucis, que es uno de los mitos más tiernos y consoladores de la antigüedad, y que también se cuenta en este libro.
En la ciudad de Argos hay un rey llamado Acrisio que tiene una hija muy bella, Danae. 3 Muchos príncipes vecinos la pretenden, pero su padre no la deja casar con ninguno, porque el oráculo, cuando nació la niña, anunció que el primer hijo que ella tuviera daría muerte a su abuelo. Y Acrisio ama mucho a su bella hija, pero también ama su propia vida.
El mito del hijo que por fuerza mayor, por destino, ha de matar al padre, o el del nieto que ha de matar al abuelo, es muy frecuente en la leyenda griega. Puede ser debido en parte al deseo latente de reinar que se suponía en todos los hijos y nietos de reyes, y acaso a la triste realidad, repetida más de una vez, de hijos de reyes que mataron a sus padres para sustituirles.
Y en parte también al sentido trágico de la existencia que los griegos pusieron en el fondo de casi todas sus leyendas. Veían la existencia del mal, de la calamidad, y trataban de justificarlos con las voces de los oráculos caprichosos y con las pasiones negativas de los dioses que repercutían en los hombres. No hay ninguna buena razón para que un hijo mate a su padre. Pero si los dioses lo quieren así y el oráculo lo ha anunciado, el hijo no puede dejar de cumplir su destino.
Acrisio, para evitar que el oráculo se cumpla, aparta a su hija del trato con los hombres. Manda construir una torre de bronce y en ella encierra a Danae. No le regatea ninguna comodidad, pero no la deja salir de su prisión. Y manda hacer un extraño pregón entre los príncipes vecinos: que Danae, su hija, ha de ser considerada como muerta, y que es inútil que ninguno pida su mano.
Todos los príncipes sospechan que Danae está encerrada en algún sitio, pero ninguno sabe dónde. El rey de Argos es poderoso, y ningún príncipe se atreve a hacerle la guerra para salvar a Danae. Y así pasa el tiempo y la pobre doncella ve pasar los días y los años consumida en el encierro.
Zeus manda de vez en cuando emisarios a la tierra para que se enteren de las cosas de los hombres y se las cuenten. Uno de ellos le cuenta la historia de Danae. El emisario no la conoce y no sabe si es tan bella como dicen.
Y el mismo Zeus, la primera vez que baja a la tierra, se acerca a la torre de bronce y ve a Danae a través de los hierros de la ventana. Le gusta mucho, la ama en seguida y quiere entrar a visitarla. Pero no sabe cómo hacerlo. En forma divina nunca se aparece a los mortales, y en forma humana no es capaz de atravesar los muros de bronce.
Un día, Danae está asomada a la ventana mirando el cielo. La ventana es alta, desde ella no puede ver la tierra, y la contemplación del azul y de las nubes es su único consuelo. Se empieza a formar una tormenta a lo lejos. Las nubes oscuras se van acercando, empujadas por un viento huracanado. Alrededor de la torre de bronce se deshacen en lluvia torrencial. Danae contempla el espectáculo divertida. Sabe que la torre es invulnerable y la tormenta es su única distracción.
De pronto, entre las nubes oscuras aparece una nube dorada y resplandeciente que se acerca a la ventana y allí se deshace en una prodigiosa lluvia de oro que cae toda dentro de la prisión. Danae queda muy sorprendida. Y lo estaría más si supiera que aquella lluvia de oro es una forma que ha tomado Zeus para acercarse a ella.
La bella muchacha se ve rodeada de luz y de calor. Siente como si unos brazos misteriosos e invisibles la oprimieran.

Música♫♪


MusicPlaylistView Profile
Create a playlist at MixPod.com