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domingo, 10 de abril de 2011

El Mito de La Formación de la Vía Láctea

Se cree que fue Hera, la esposa de Zeus el dios de dioses, la que dio origen a la Vía Láctea, nuestra galaxia.

Zeus era muy aventurero y le gustaba mucho tener diferentes mujeres, por lo que nunca le guardó fidelidad a su mujer. En una de estas aventuras, Zeus se unió con Alcmena en ausencia de su marido. El dios se hizo pasar por el ausente, y como la mujer le gustaba mucho decidió estar con ella en una noche que durara mucho, por lo que por orden de él, el sol no salió cuando tenía que haberlo hecho.

Después el esposo de Alcmena, Anfitrión, regresó y se unió a ella. De ambas uniones Alcmena quedó embarazada. El hijo de Zeus fue Heracles (Hercules en la tradición latina) y el hijo de Anfitrión fue Ificles.

Heracles fue desde su concepción, el favorito de Zeus a lo cual Hera respondió con ira y celos, pues no soportaba la idea de que el hijo de otra mujer fuera tan querido para su divino esposo.

Así, la diosa decidió complicar el nacimineto de Heracles quien se quedó 10 meses dentro del vientre de su madre. Y además ella es la responsable de que el héroe tuviera que sufrir los Doce Trabajos y cuando era un bebé de ocho meses, Hera le envió dos terribles serpientes para asesinarlo, sin embrago el niño supo defenderse sin problemas.

Ahora bien, existía la condición de que Heracles sólo sería inmortal si mamaba de Hera y esto no iba a ocurrir con el consentimineto de la diosa.

Sobre esta historia existen dos versiones. Primero, se cree que Hermes, el mensajero de los dioses, llevó al niño a donde Hera mientras ella dormía y lo puso en su seno para que mamara la leche divina. Cuando Hera se despertó y descubrió a Heracles en su pecho lo retiró brucamente y la leche siguió manando, se esparció por el universo y formó la Vía Láctea.

La otra versión indica que Hera iba con Atenea paseando por el campo cuando vieron al niño descansando en la hierba. Atenea convenció a la diosa de que lo amamantara, pues era muy hermoso. Hera accedió, pero pronto Heracles chupó la leche con tal violencia que hirió a la diosa. Hera lo apartó de su seno vigorosamente y la leche siguió fluyendo hasta que formó la Vía Láctea.

OTROS MITOS DE LA CREACIÓN EN EL ESCENARIO HELÉNICO

Mito de los pelasgos:

Los pelasgos eran el pueblo primitivo que habitaba lo que hoy en día es Grecia. Éstos tenían una postura matriarcal basada en la concepción primigenia de una Diosa Madre. Su mito de la creación afirmaba que en un principio Eurínome, la diosa de todas las cosas surgió del Caos, pero no encontró nada sólido en donde apoyar los pies y a causa de ello, separó el mar del firmamento y danzó solitaria entre sus olas en dirección sur. Entonces apareció el viento Boreas, que junto con la diosa Madre dieron origen a la enorme serpiente Ofión. Más tarde, la diosa madre quedó en cinta de Ofión, tras lo cual ésta se transformó en paloma y a su debido tiempo puso el huevo universal. La serpiente Ofión se enroscó siete veces alrededor del huevo hasta que empolló y lo abrió. De él salieron todos los seres y elementos del Cosmos.

Eurínome y Ofión fijaron su morada en el Monte Olimpo. Cuando Ofion irritó a su compañera adjudicándose el título de autor del universo, ésta le pegó tan tremendo puntapié que le arrancó los dientes y los arrojó a la tierra al pie del Olimpo. Seguidamente la diosa creó siete potencias planetarias y colocó una Titánide y un Titán en cada una: Tía e Hiperión para el sol, Febe y Atlante para la luna, Dione y Crío para el planeta Marte, Metis y Geos para Mercurio, Temis y Eurimedonte para Júpiter, Tetis y Océano para Venus, y Rea y Cronos para Saturno. Guardadores todos de la suceción del tiempo.

Sin embargo en esta armoniosa creación faltaba el hombre, y entonces apareció Pelasgo, brotó de los dietes de Ofión enterrados en el abismo de Arcadia. Pelasgo fue aclamado como jefe culturizador y precursor de la humanidad.

Dioses y hombres se hallaban sometidos a las diosas y mujeres, y todos le rendían culto a la gran Diosa Madre.

El Mito de los misterios órficos:

Los helenos iniciados en los mitos órfícos, creían que la Noche de las Alas Negras junto con el Viento engendró un huevo de plata al que puso en el seno de la Oscuridad del que salió Eros o Fanes (El amor), que impulso el movimiento del Universo. Eros tenía cuatro cabezas que representaban las cuatro estaciones, alas doradas y doble sexo. Éste vivía en una cueva junto con la Noche que se manifestaba en forma tal, del Orden o de la Justicia. Por otra parte , Rea tenía la función de atraer a los hombres a la consulta de los oráculos de la noche tocando un tambor de latón. Eros creó el cielo, el sol y la luna, pero la autoridad del universo estaba a cargo de la Noche hasta que Urano la destronó.

La leyenda de Pegaso.

Pegaso es un caballo alado. Su nombre proviene de la palabra griega phgh, que significaba manantial, pues se decía que había nacido en las fuentes del Océano.
Hay varias versiones de su nacimineto. Por un lado se decía que había nacido del cuello de la Gorgona, cuando Perseo la mató en el mar. En esta perspectiva, resulta que su padre es Poseidón, y Crisaor su hermano gemelo.
Otra versión sostiene que nació en la tierra, fecundado por la sangre derramada de la Gorgona, cuando Perseo la mató.
Una vez que nació, Pegaso fue al Olimpo, donde se puso a las órdenes de Zeus, al llevarle el rayo.
El papel de Pegaso más importante es en la leyenda de Belerofonte, sobre la que hay diversos argumentos. Por un lado, se decía que Pegaso había sido regalado a Belerofonte por la diosa Atenea (diosa de la sabiduría), pero según otras historias fue Poseidón el que dio el caballo a Belerofonte. También se contaba que el héroe lo había encontrado, cuando bebía en la fuente de Pirene.
Pegaso el caballo alado.
Fue gracias a Pegaso que Belerofonte pudo matar a la Quimera y lograr por sí solo la victoria sobre las Amazonas.
Cuando Belerofonte muere, Pegaso volvió a la morada de los dioses. Tiempo después, se dio el concurso de canto que enfrentó a las Musas con las hijas de Píero. El Monte Helicón estaba muy complacido por la belleza de las voces, por lo que empezó a crecer amenazando con llegar al cielo.
Al ver el peligro, Poseidón le ordenó a Pegaso que fuera y golpeara a la montaña con uno de sus cascos para ordenarle qe volviera a su tamaño normal, a lo que la montaña obedeció dócilmente. Pero, en el lugar donde Pegaso la había golpeado brotó la Fuente Hipocrene, o Fuente del Caballo.
Por último, Zeus lo convirtió en Constelación, para que fuera eterno. Cuando esto sucedió, un pluma de sus alas cayó cerca de Tarso, y así la ciudad adoptó su nombre.

El mito de Casandra.

Casandra es hija de Príamo y Hécuba y es hermana gemela de Héleno. Al nacer, se hizo una fiesta en el templo de Apolo, en las afueras de Troya.   Al anochecer, los padres se marcharon y dejaron a los bebés en el templo por un olvido. Al día siguiente, cuando regresaron a recogerlos, los gemelos estaban dormidos y dos serpientes les pasaban la lengua por los órganos de los sentidos para purificarlos. Los padres empezaron a gritar de angustia, ante lo cual las serpientes se retiraron. Fue así como Casandra y Héleno tuvieron el don profético cuando fueron adultos.Otra versión de la leyenda, indica que Apolo se había enamorado de Casandra y le prometió a la joven el don de la profesía se aceptaba entregarse a él. Ella aceptó, pero una vez iniciada en las artes de la adivinación, se negó a cumplir su parte del trato. Ante esto, Apolo le escupió en la boca y le retiró el don de la persuación, por lo que aunque ella dijera la verdad, nadie le creería.   Lo que sucedía con su don de profecía, es que el dios Apolo tomaba posesión de ella, y en ese estado ella formulaba los oráculos. El don de Héleno era diferente e interpretaba el porvenir, mediante la examinación de las aves y signos exteriores por el estilo.   Casandra es fundamentalmente conocida por sus predicciones en dos momentos cruciales en la historia de Troya. El primero ocurre cuando ella predice que Paris -siendo desconocido- traerá la ruina a la ciudad. Cuando éste va a ser condenado a muerte, ella reconoce en último momento que el joven es hijo de Príamo.    Después, cuando Paris aparece con Helena en Troya ella indica que el hecho provocará la ruina de la ciudad, pero nadie la escucha. Luego, después de la muerte de Héctor, cuando regresa Príamo, ella descubre que su padre trae el cadáver de su hermano antes de que este hecho se sepa. Además, se opone rotundamente junto con el adivino Laocoonte a que se introduzca el famoso caballo de madera, pues ella sabía que éste era una trampa y que adentro venían guerreros aqueos. Por supuesto, nadie le cree y Apolo envía unas serpientes para que devoren a Laocoonte y a sus hijos. Por eso, los troyanos permiten que el caballo entre en la ciudad. Durante el saqueo, Casandra se oculta en el templo de Atenea, pero Áyax la persigue. Ella se abraza a la diosa, pero Áyax no se detiene y la arranca de ésta, provocando que la estatua se tambalee. Ante esto, los troyanos se ofenden y van a lapidar al joven guerrero, pero éste se refugia en el templo que acaba de ofender y se salva. Posteriormente, cuando los aqueos se reparten el botín, Casandra es entregada a Agamenón, quien se enamora perdidamente de la joven. Ella se había mantenido virgen hasta el momento, pero ahora le pertenece a Agamenón y de él tiene aparentemente unos gemelos llamados Teledamo y Pélope.
    Según una versión, cuando Agamenón llega a Miscenas, su esposa Clitemnestra lo mata y asesina a Casandra por celos, aún cuando ella misma tenía un amante. Casandra es también conocida como Alejandra, y Licrofón la hace protagonista de un poema que se cree profético.

Origen del Universo

En la mayoría de los relatos mitológicos griegos sobre la creación aparece preexistente el Caos concebido como un abismo sin fondo, espacio abierto sumido en la oscuridad donde andaban revueltos todos los elementos: El agua, la tierra, el fuego y el aire. El Caos contenía el principio de todas las cosas, antes de que naciesen los Dioses, y por eso se lo considera el más antiguo de ellos. Nada tenía en él forma fija y durable, todo estaba en constante movimiento con inevitables choques, los elementos congelados contra los abrasadores, los húmedos contra los secos, los blandos contra los duros y los pesados contra los ligeros. El Caos era nada y algo, materia y antimateria al mismo tiempo.

LA CREACIÓN SEGÚN HESÍODO (Mito clásico)

Según Hesíodo en un principio sólo existía el CAOS. Después emergió GEA (la tierra) surgida de TÁRTARO, tenebroso de las profundidades y EROS ( El amor) elemento primordial que no hay que confundir con Eros o Cupido, hijo de Afrodita. Del Caos por la acción de Eros surgieron EREBOS (las tinieblas), cuyos dominios se extendían por debajo de Gea, y NYX (la oscuridad o la noche). Erebos y Nyx originaron a ETER y HEMERA (el día) que personificaron respectivamente la luz celeste y terrestre.

Con la luz, Gea cobró personalidad y comenzó a engendrar por si sola. Es así como surgió URANO (El Cielo Estrellado). También produjo las altas montañas.

Urano contempló a su madre desde las elevadas cumbres y derramó una lluvia fértil sobre ella, naciendo así las hierbas, las flores y los árboles con los animales que formaron como un cortejo para cada planta. La lluvia sobrante hizo que corrieran los ríos y al llenar de agua los bajos se originaron los lagos y los mares, todos ellos deificados con el nombre de Titanes: OCÉANO - CEO - CRÍO - HIPERIÓN - CRONOS; y las Titánidas: TEMIS - REA - TETIS - TEA - MNEMOSINE - FEBE; de ellos descendieron los demás dioses y hombres.

Además Urano y Gea crearon otros hijos de horrible aspecto: los tres Cíclopes primitivos: ARGES - ASTÉROPES - BRONTES, quienes tenían un sólo ojo redondo, eran inmortales y representaban respectívamente el rayo, el relámpago y el trueno. Finalmente engendraron a los Hecatónquiros o Centimanos, tres hermanos con cincuenta cabezas y brazos cada uno que se llamaron: COTO - BRIADERO - GIGES.

Por su parte la noche engendró a TÁNATOS (La muerte), a HIPNO (El sueño) y a otras divinidades como las HESPÉRIDES (Celosas guardianas del atardecer cuando las tinieblas empiezan a ganar la batalla de la luz diurna, fenómenos que se repite cada día), las MOIRAS (Defensoras del orden cósmico, representadas con hilanderas que rigen con sus hilos los destinos de la vida) y NÉMISES (Ls justicia divina, perseguidora de lo desmesurados y protectora del equilibrio)

El mito de Midas.

Video del mito de Midas.

Orígenes de la Mitología Griega


La mitología griega, en su periodo más importante, se desarrolló en el siglo VIII a. C. Tiene varios rasgos distintivos, como por ejemplo, los dioses se parecen exteriormente a los seres humanos y revelan, al igual que ellos, sentimientos. Los griegos creían que los dioses habían elegido el monte Olimpo, en una región de Grecia llamada Tesalia, como su residencia. En el Olimpo, los dioses formaban una sociedad organizada en términos de autoridad y poderes, se movían con total libertad y formaban tres grupos que controlaban sendos poderes: el cielo o firmamento, el mar y la tierra. Fueron tres las colecciones clásicas de mitos: La Teogonía de Hesíodo y la Iliada y la Odisea de Homero. Este material se basa en la Teogonía de Hesíodo. La teogonía es una especie de sistematización de las confusas tradiciones anteriores, en ella el mito es el tema dominante. Pero, ¿qué es el mito? Mucho se ha escrito tratando de dar una exacta definición; lo único cierto es que el mito es una forma especial de pensamiento que permite al hombre interactuar con su espacio natural y de esta manera también reconocerse como parte de una comunidad específica. Es un grave error considerar que el mito es un modo de pensamiento reservado a las sociedades "primitivas". El mito es y ha sido siempre la defensa espontánea del espíritu humano ante un mundo ininteligible y hostil. La anterior reflexión nos llevaría a afirmar que en el mito se encuentra el origen de las religiones, sin embargo debe considerarse que los "espíritus" de los bosques, de la luz, de las aguas, no son divinidades, sino solamente presencias capaces de actuar en dominios sobre los que el hombre no tiene ningún poder. El mito griego está en estrecha relación con la religión, pero no llega a confundirse con ella. A pesar de toda la confusión que preside la conformación de la mitología griega, esa inmersa materia llegó a clasificarse y a ordenarse.

Según Hesíodo, al comienzo no hay nada más que espacio, nada orgánico, nada que pueda ser descrito. Luego, después de ese vacío, se dibuja la primera de las realidades, que limita y comienza a darle un sentido: la Tierra, Gea (Tellus) la base segura de todo lo que en el mundo ya se encontraba dividido, pues bajo la Tierra seguía existiendo un espacio vacío donde todo era Caos (Chaos). Ese Caos engendra el Erebo, el vasto espacio subyacente, en que más tarde tendrán su lugar los infiernos. En el vacío ubicado por encima de la Tierra, instala esta a su primogénito, Urano (el Cielo), que emana de ella. Al mismo tiempo que se da esta división orgánica del universo, tiene lugar el nacimiento de Eros (Cupido), el Amor, que es aquí el principio abstracto del Deseo, y no todavía el pequeño dios maligno, perverso y alado. En los orígenes mismos de la creación del universo, era imprescindible crear el Amor, este es el motor universal; es quien provoca las uniones del principio cósmico, los engendramientos que ni la imaginación concibe. Erebo, hijo de Caos, tuvo un hermano llamado Noche. Sin embargo Gea, después de haber engendrado a Urano, dio a luz a las Montañas y las Ninfas (Driada o Nereida), que en ese momento son genios de las Montañas. A Gea también corresponde la maternidad de Pontos (el Mar, principio masculino, la Ola poderosa). La diosa Noche engendra dos hijos: Éter y Día. El primero es la clara y pura luz que se adivina en las más altas regiones de la atmósfera; la luz de los dioses. Por su parte el Día, ilumina a los mortales, y alterna con su madre la Noche.

lunes, 4 de abril de 2011

Afrodita y Ares


Afrodita o Venus, diosa del amor, estaba casada con Hefesto o Vulcano el herrero, a quien nunca le fue fiel.

Cierto día, Helios, dios del sol, vino a Hefesto y le dijo que había visto a Afrodita con su amante Ares, dios de la guerra en el propio palacio de Hefesto.

Enfurecido de celos, Hefesto con el intenso calor de su furia, forjó una red de metal tan fina y ligera que era casi invisible, pero indestructiblemente resistente.

Colocó la red en los postes de la cama y en las vigas del dormitorio. Cuando Afrodita y Ares, se fueron hacia la cama... ¡la red los atrapó tan fuerte que no podían escapar!

Hefesto llamó entonces a todos los dioses para reírse de los amantes atrapados. Acudieron Poseidón, Hermes y Helios. Hefesto exigió que Zeus le devolviera la dote que tuvo que entregar por Afrodita, pero se conformó con una compensación que pagaría Ares.

Y mientras todos se reían, Poseidón ofreció ser el fiador de la deuda. Luego los amantes fueron liberados.

El rapto de Europa

Europa, hija del rey de Tiro, era una mujer de extraordinaria belleza, que tenía la costumbre de pasear con sus doncellas por la orilla del mar. Allí la vio Zeus, enamorándose de ella de inmediato.

Para conseguirla se transformó en un toro, con la piel blanca inmaculada y con los cuernos en forma de luna creciente. Al principio las muchachas huyeron, pero luego, se dieron cuenta que era muy manso y se acercaron.

Europa lo acarició y se montó en su lomo. El toro se levantó y se metió en el mar. Después de un largo viaje, el toro y la princesa llegaron a la isla de Creta, allí consumaron su amor bajo un plátano. De esa pasión nacieron tres hijos; Minos, Sarpedón y Radamantis.

Al no poder quedarse con Europa, le hizo tres regalos; Talo un autómata de broce que cuidaba las costas de Creta contra los barcos extranjeros, Un perro que nunca fallaba en atrapar a sus presas en las cacerías, y una jabalina que siempre acertaba en el blanco. Para recompensarla del todo, Zeus casó a Europa con el rey de la isla, Asterión, que adoptó a los hijos del dios.

Cuando murió Europa, alcanzó honores divinos. El plátano por haber cobijado a los amantes, fue recompensado con no perder nunca sus hojas, y la figura del toro se transformó en la constelación de Tauro.

La Vía Láctea

Se cree que fue Hera, la esposa de Zeus el dios de dioses, la que dio origen a la Vía Láctea, nuestra galaxia.

Zeus era muy aventurero y le gustaba mucho tener diferentes mujeres, por lo que nunca le guardó fidelidad a su mujer. En una de estas aventuras, Zeus se unió con Alcmena en ausencia de su marido. El dios se hizo pasar por el ausente, y como la mujer le gustaba mucho decidió estar con ella en una noche que durara mucho, por lo que por orden de él, el sol no salió cuando tenía que haberlo hecho.

Después el esposo de Alcmena, Anfitrión, regresó y se unió a ella. De ambas uniones Alcmena quedó embarazada. El hijo de Zeus fue Heracles (Hercules en la tradición latina) y el hijo de Anfitrión fue Ificles.

Heracles fue desde su concepción, el favorito de Zeus a lo cual Hera respondió con ira y celos, pues no soportaba la idea de que el hijo de otra mujer fuera tan querido para su divino esposo.

Así, la diosa decidió complicar el nacimiento de Heracles quien se quedó 10 meses dentro del vientre de su madre. Y además ella es la responsable de que el héroe tuviera que sufrir los Doce Trabajos y cuando era un bebé de ocho meses, Hera le envió dos terribles serpientes para asesinarlo, sin embrago el niño supo defenderse sin problemas.

Ahora bien, existía la condición de que Heracles sólo sería inmortal si mamaba de Hera y esto no iba a ocurrir con el consentimineto de la diosa.

Sobre esta historia existen dos versiones. Primero, se cree que Hermes, el mensajero de los dioses, llevó al niño a donde Hera mientras ella dormía y lo puso en su seno para que mamara la leche divina. Cuando Hera se despertó y descubrió a Heracles en su pecho lo retiró bruscamente y la leche siguió manando, se esparció por el universo y formó la Vía Láctea.

La otra versión indica que Hera iba con Atenea paseando por el campo cuando vieron al niño descansando en la hierba. Atenea convenció a la diosa de que lo amamantara, pues era muy hermoso. Hera accedió, pero pronto Heracles chupó la leche con tal violencia que hirió a la diosa. Hera lo apartó de su seno vigorosamente y la leche siguió fluyendo hasta que formó la Vía Láctea.

Para ver un vídeo pinchar aquí

domingo, 3 de abril de 2011

El mito de Harmonía


El mito de Harmonía comprende dos tradiciones y además se la identifica con la abstracción musical así como sentimental, es decir el equilibrio o la concordia.

La primera es la leyenda de origen tebano. En ella, Harmonía se presenta como hija de Afrodita (diosa de la belleza y del amor) y Ares (dios de la guerra).

Zeus decidió que la bella joven fuera la esposa de Cadmo, hermano de Europa y fundador de Tebas. La boda se celebró en la nueva ciudad y asistieron todos los dioses, que llevaron presentes a los dichosos novios.

Entre los regalos, había un impresionante vestido tejido por las tres Gracias y otorgado por Atenea (diosa de la sabiduría) y un majestuoso collar, brindado por Hefesto (dios del fuego), que entre los dos constituían los más célebres presentes dados a la pareja. A veces se dice que los propios dioses habían hecho con sus manos los regalos. También se ha dicho que tales regalos habían sido dados a la novia por el propio Cadmo, que los había obtenido de su hermana Europa, la cual había sido agasajada con tales regalos por el mismo Zeus.

Pero, al seguir la línea de Hefesto y Atenea, se llega un triste final, pues Atenea y Hefesto furiosos por la relación de Ares y Afrodita, de la cual había sido fruto Harmonía deciden destruir a la joven y envenenan los vestidos y el collar.

Los mencionados regalos aparecen a lo largo de la tradición griega en diversas ocasiones, por ejemplo en la leyenda de los Siete Jefes contra Tebas, o cuando fueron ofrecidos como exvotos a Delfos, y luego robados por el tiempo de Filipo de Macedonia.

Según la otra tradición, de origen samotracio, Harmonía es hija de Zeus y Electra, lo que la convierte en hermana de Dárdano y Yasión. Esta versión comparte con la anterior, el matrimonio con Cadmo, pero su desenlace es diferente.

Cadmo encuentra a la joven en la búsqueda de su hermana Europa, que había sido raptada por Zeus, y su casamiento se realiza en Samotracia con gran pompa, a la cual también asisten todos los dioses y las Musas cantan. Igualmente, se ha dicho que Cadmo rapta a Harmonía con la ayuda de Atenea.

El matrimonio feliz consigue tener varios hijos, entre los que se mencionan Autónoe, Ino o Lucótea, Ágave, Sémele y Polidoro.

Al término de sus vidas, se trasladan misteriosamente a Iliria, la tierra de los enqueleos, dejando el trono de Tebas a su nieto Penteo. En Iliria, guían a los enqueleos que habían sido atacados por los ilirios, y logran que estos venzan, tal y como había predicho un oráculo. Así, Cadmo se convierte en rey de los ilirios y tiene un hijo con su esposa llamado Ilirio.

Posteriormente, Cadmo y Harmonía fueron transformados en serpientes y se instalaron en los Campos Elíseos.

Tanatos


Tánatos era el hijo de Érebo y Nicte, hermano gemelo de Hipnos, y personificación de la muerte.

Era el genio alado que acudía a buscar los cuerpos de los que habían fallecido.

Cortaba un mechón de sus cabellos para ofrecer como tributo a Hades y se llevaba sus cuerpos al mundo de los muertos.

Transportó, ayudado por su hermano Hipnos, el cuerpo del guerrero Sarpedón, muerto en Troya, hasta Licia. También se llevó el cuerpo de Alcestis que, ejemplo del amor conyugal, había sustituido a su marido en el féretro.

Más tarde, su presa le fue arrebatada por Heracles, que lo obligó a devolverla a la vida más joven y más bella que nunca.

Sin embargo, la historia más curiosa en la que interviene Tánatos es en la que es encadenado por Sísifo.

Sísifo era el más astuto y el menos escrupuloso de los mortales. Era capaz de los más enrevesados engaños para conseguir sus propósitos.

Se dice que, al ser amante de Anticlea, él sería el verdadero padre de Ulises.

Cuando Zeus raptó a Egina, la hija del río Asopo, Sísifo fue testigo casual de los hechos. Utilizó la información para conseguir de Asopo un manantial en la ciudadela de Corinto, y delató a Zeus.

Éste, enfurecido, mandó a Tánatos para acabar con la vida del mortal, pero el hábil Sísifo consiguió atrapar y encadenar al genio alado de la muerte, y por un tiempo ningún hombre murió.

Finalmente, Ares liberó a Tánatos, que volvió a realizar su trabajo empezando por el propio Sísifo.

Pero Sísifo era capaz aun de más artimañas para librarse de la muerte, y antes de morir ordenó en secreto a su esposa que no le tributara honras fúnebres.

Una vez en los infiernos, se quejó ante Hades de la impiedad de su esposa y le pidió que le dejará volver para castigarla.

Hades se lo permitió y Sísifo, que no tenía intención de volver a los infiernos, vivió en la Tierra feliz hasta época muy avanzada. Cuando por fin murió, Hades le impuso una tarea para evitar una nueva evasión. Su martirio consistía en empujar cuesta arriba un gran peñasco que, una vez en la cumbre, volvía a caer por su propio peso y el trabajo de Sísifo se prolongaba así eternamente.

Pegaso


Pegaso es un caballo alado. Su nombre proviene de la palabra griega phgh, que significaba manantial, pues se decía que había nacido en las fuentes del Océano.

Hay varias versiones de su nacimineto. Por un lado se decía que había nacido del cuello de la Gorgona, cuando Perseo la mató en el mar. En esta perspectiva, resulta que su padre es Poseidón, y Crisaor su hermano gemelo.

Otra versión sostiene que nació en la tierra, fecundado por la sangre derramada de la Gorgona, cuando Perseo la mató.

Una vez que nació, Pegaso fue al Olimpo, donde se puso a las órdenes de Zeus, al llevarle el rayo.

El papel de Pegaso más importante es en la leyenda de Belerofonte, sobre la que hay diversos argumentos. Por un lado, se decía que Pegaso había sido regalado a Belerofonte por la diosa Atenea (diosa de la sabiduría), pero según otras historias fue Poseidón el que dio el caballo a Belerofonte. También se contaba que el héroe lo había encontrado, cuando bebía en la fuente de Pirene.

Fue gracias a Pegaso que Belerofonte pudo matar a la Quimera y lograr por sí solo la victoria sobre las Amazonas.

Cuando Belerofonte muere, Pegaso volvió a la morada de los dioses. Tiempo después, se dio el concurso de canto que enfrentó a las Musas con las hijas de Píero. El Monte Helicón estaba muy complacido por la belleza de las voces, por lo que empezó a crecer amenazando con llegar al cielo.

Al ver el peligro, Poseidón le ordenó a Pegaso que fuera y golpeara a la montaña con uno de sus cascos para ordenarle qe volviera a su tamaño normal, a lo que la montaña obedeció dócilmente. Pero, en el lugar donde Pegaso la había golpeado brotó la Fuente Hipocrene, o Fuente del Caballo.

Por último, Zeus lo convirtió en Constelación, para que fuera eterno. Cuando esto sucedió, un pluma de sus alas cayó cerca de Tarso, y así la ciudad adoptó su nombre.

Tiresias


El tebano ciego Tiresias, hijo de Everes y de la ninfa Chariclo, y Calchas eran los dos videntes más famosos de la mitología griega.

Hay dos historias diferentes sobre la ceguera de Tiresias y sus poderes paranormales. En la primera se dice que en cierta ocasión vio a la virginal diosa Atenea bañándose desnuda junto a su madre. Después de eso, Atenea le privó del sentido de la vista, aunque le dio el entendimiento del lenguaje de las aves y el poder para predecir el futuro. Ella, además, le obsequió con un cayado especial y le garantizó una larga vida.

Según la segunda versión, Tiresias se encontró a dos serpientes copulando en la montaña y golpeó a la hembra con su vara, que como venganza lo transformó en una mujer. Ocho años después, siendo aún mujer, se encontró a las mismas serpientes de nuevo y en esta ocasión golpeó a las dos, y así fue devuelto a su estado primitivo de hombre. Un día, cuando el rey de los dioses Zeus y su esposa Hera se encontraban discutiendo sobre qué sexo disfrutaba más haciendo el amor, Tiresias fue el elegido para hacer la prueba definitiva. Tiresias afirmó que la mujer disfrutaba más que el hombre, respuesta que enfadó a Hera, que lo dejó ciego. Nada pudo hacer Zeus para rectificar la cruel acción de Hera, pero trató de compensarlo, dándole el don de la clarividencia. Tiresias hacía sus predicciones observando el comportamiento de las aves. Estudiaba los sonidos que hacían y, cuando era necesario, apoyaba sus ideas en el resultado de los sacrificios realizados.

La primera persona a la que Tiresias le auguró un negro futuro fue a Narciso. Cuando su madre le preguntó si viviría mucho tiempo, el vidente contestó que así sería, siempre y cuando no pusiera sus ojos sobre su propia imagen reflejada. Sólo tiempo después fue posible entender el verdadero significado de sus palabras.

Tiresias hizo muchas predicciones y pronunciamientos, y algunos no se los tomaron en serio inicialmente. El rey tebano Penteo, que no entendía por qué Tiresias adoraba al dios del vino y la vegetación Dioniso, rechazó sus consejos para que adorase al dios correctamente, y por ello tuvo que pagar la ofensa con su vida.

Tiresias también predijo los trágicos acontecimientos que se desarrollaron en Tebas durante y después del reinado de Edipo, el príncipe que mató a su padre y se casó con su madre sin saberlo (ver Oedipus). Fue él quien dijo que la plaga que azotaba Tebas era resultado de su mal comportamiento. Edipo, lejos de quedar agradecido por la información, no se lo agradeció y además lo acusó de tener mala fe. También el rey Creón, que reinó en Tebas antes y después de Edipo, recibió los extremadamente poco bienvenidos consejos de Tiresias. Cuando le instó para que diese un entierro decente al cadáver de Polinices, hijo de Edipo que había muerto en un duelo con su hermano Eteoc1es, que también murió en el duelo, Creón le acusó de ser poco fiable y predecir sólo por dinero.

Tiresias murió después de que los aliados de los hijos de Polinices conquistasen Tebas, posibilidad que él mismo, naturalmente, había anunciado. En el mundo de los muertos el alma del vidente ocupó una posición muy alta. Otras almas carecían de conciencia, pero Tiresias incluso continuó haciendo predicciones. Después de que Odisea le diese sangre de oveja para beber durante su visita al reino de la muerte, el vidente le advirtió que no debería tocar el ganado del dios solar Helios en la isla de Trinacia. Si él seguía este consejo ~legaría a salvo a su hogar en la isla de Itaca, donde acabaría con los pretendientes de Perséfone para vivir durante muchos años. Su predicción fue cierta una vez más. Un detalle importante de la historia que relató Homero es que el alma de Tiresias reconoció a Odisea nada más verlo, lo que significaría que habría recuperado la vista después de muerto.

Hecate


Hecate es una diosa con origen arcaico y muy compleja y misteriosa puesto que sus atributos fueron cambiando con el tiempo, siendo asimilada con otras diosas.

Hesíodo la presenta como hija de Asteria y Perses, descendiente directa de la generación de la los Titanes e independiente del panteón Olímpico.

Zeus reconoce sus poderes y sus antiguos privilegios. Extendía su benevolencia a todos los hombres concediendo los favores que se le piden en todos los ámbitos (prosperidad material, don de la elocuencia, victoria en las batallas y juegos, etc) pues su poder es inmenso.

Con el tiempo, la anterior Hécate se difumina y aparece una Hécate oscura e inquietante vinculada al mundo de las sombras. A diferencia de Artemis, que representaba la luz lunar y el esplendor de la noche, Hécate representaba su oscuridad y sus terrores.

Se creía que, en las noches sin luna, ella vagaba por la tierra con una jauría de perros fantasmales y aulladores que precedían su aparición. Ella enviaba a los humanos los terrores nocturnos, apariciones de fantasmas y espectros como Empusa, que comía carne humana, tenía un pie de bronce, presentaba toda clase de formas y se aparecía especialmente a niños y mujeres para asustarlos.

Hecate era la diosa de la hechicería y lo arcano, y la veneraban especialmente magos y brujas, quienes le ofrecían en sacrificio corderos y perros negros al final de cada lunación. A estos se les aparecía con una antorcha en la mano o en forma de distintos animales: yegua, perra, loba, etc.

Sin embargo los marinos la consideraban su numen titular y le pedían que les asegurase buenas travesías.

Los romanos la identificaron con Trivia cuya efigie presidía las encrucijadas de los caminos, lugares vinculados con la magia. Se creía que Hécate y su jauría de perros aparecían en esos espacios apartados, que eran para los viajeros lugares demoníacos y espectrales. Allí se levantaban estatuas en forma de una mujer de triple cuerpo o bien tricéfala. Eran muy abundantes, antiguamente, en los campos, y a su pie se depositaban ofrendas.

Hécate se unió primero a Forcis y fue madre del monstruo Escila; después a Eetes, de quien obtuvo a Circe y a Medea.

Según la versión del mito estas últimas aparecen como hermanas o sobrinas. Asimilada a Artemisa, se la representa como una joven con peplo y llevando sobre la frente el creciente lunar (o la diadema cilíndrica denominada polos) y una o dos antorchas en las manos.

El arte representa también a Hécate a menudo con tres cuerpos o tres cabezas y con serpientes entrelazadas alrededor de su cuello ya que es una divinidad triforme: lunar, infernal y marina.

La mitología también nos habla a veces de Hécate como una de las diosas menos conocidas, hija menor de Zeus, que había sido diosa de la Luna. En el Hades gozaba de gran autoridad, porque era conocida como la reina invencible y presidía las ceremonias de expiación y purificación de las sombras a las que se les permitía reparar las malas acciones de su vida pasada. Ferea era un sobrenombre de Hécate.

Simbología: Los cipreses estaban asociados a la muerte, y siguen estando presentes en los cementerios del área mediterránea. Estaban consagrados a Hécate, la diosa de la muerte, en otra época diosa de la Luna.

El mito de Ifigenia


Ifigenia es una de las hijas del rey Agamenón y Clitemnestra. Su historia no fue desarrollada por Homero, pero sí por los trágicos posteriores como Eurípides, y aparece en las epopeyas cílcicas.

Agamenón se había ganado la cólera de la diosa Artemisa, ya que su gente caza a uno de los venados sagrados de la diosa. Debido a esto, la flota aquea del rey que venía de luchar en Troya estaba detenida en Aulide sin poder partir.

El adivino Calcante fue interogado para saber cómo apalcar a la diosa, y la respuesta fue que se debía sacrificar a Ifigenia en nombre de la diosa Artemisa, para que ésta los dejara partir. El rey al principio se negó, pero al no haber otra solución, consintió en hacer el sacrificio.

Así, mandó a llamar a su hija que se encontraba en Micenas con su madre, con el pretexto de prometerla al héroe Aquiles. Cuando llegara, el adivino Calcante sería el encargado de inmolarla en nombre de la diosa encolerizada.

Según cuenta la versión más conocida, cuando Ifigenia llegó y el sacrificio se iba a realizar, la diosa se apiadó de la joven, y puso en su lugar una cierva. Se llevó a Ifigenia a Tauride, donde la convirtió en su sacerdotiza.

Sin embargo, existen varaciones sobre el tema, según la versión de Sofocles, el sacrificio sí ocurre y esto se convierte en la justificación del crimen que Clitemnestra comete contra su marido Agamenón cuando él regresa, pues ella debía vengar la muerte de su hija.

En otras, lo que varía es el lugar del sacrificio que más bien lo ubican en Braurón, un lugar de Ática. También, cambian el animal por el que sustituyen a la joven como un oso, una ternera, un toro o incluso una mujer vieja.

Otra forma del mito, es que la misma Ifigenia se convierte a sí misma en toro, ternera, osa o mujer vieja -según sea el caso- y acto seguido habría desaparecido. Muchos explican la desaparición, con el hecho de que en el momento del sacrificio los presentes habían vuelto la vista hacia otro lado, para no ver la muerte de la joven, por lo que ella había podido escapar.

Oa versión más racionalista explica, por su parte, que en el momento del sacrificio había aparecido un toro, una ternera, una cierva o una vieja, y que el sacerdote había interpretado tal hecho como un presagio de que los dioses no aceptarían el sacrificio y que ya la ofenza a Artemisa estaba saldada.

Después de este episodio, cuentan que Ifigenia vivió mucho tiempo en Tauride, al servicio de Artemisa en su templo, donde debía sacrificar a los náufragos extranjeros que caían en la costa. Pero un día, reconoció a Orestes, su hermano y a Pílades entre los extranjeros, enviados por el oráculo de Delfos a buscar la estatua de Artemisa. Ifigenia les entregó la imagen y huyó con ellos a Grecia.

Otras variantes, colocan a Ifigenia como hija de Criseida y Agamenón, o como hija de Teseo (el héroe que mató al minotauro) y Helena, que había sido raptada por aquél. Sus hermanos los Dioscuros la rescatan, y ella les jura que había permanecido virgen. Para mantener tal historia le entrega a su hermana Clitemnestra, el fruto de sus relaciones con Teseo, Ifigenia.

Sobre su muerte o final se conoce poco. Se cree que Artemisa le concedió la inmortalidad y la identificó con la diosa Hécate. También, se piensa que se casó con Aquiles secretamente cumpliendo así el engaño de su padre cuando iba a ser sacrificada.

Psique


Psique (en griego la palabra quiere decir "alma") era una princesa de una belleza tan extraordinaria que la misma diosa Afrodita estaba celosa de ella.

Sin embargo, Psique era tan bella que seguía virgen porque su belleza sobrehumana asustaba a sus pretendientes. Afrodita ordenó a su hijo Eros, el dios del amor, que castigara a la atrevida mortal. Por eso, algún tiempo después, un oráculo mandó al padre de Psique, bajo la amenaza de una terrible calamidad, que llevara a su hija a una roca solitaria donde sería devorada por un monstruo.

Pero el dios Eros, cuando vio a la muchacha que tenía que morir en la boca del monstruo que la esperaba abajo, quedó tan impresionado por su belleza que tropezó y se pinchó con una de sus propias flechas -esas flechas que utilizaba de manera tan eficaz para llevar el amor súbito tanto a los mortales como a los dioses-.

Así fue como Eros se enamoró de la persona que su madre le había mandado eliminar. Temblando, pero resignada, Psique estaba esperando en su roca solitaria la ejecución del oráculo, cuando de repente se sintió suavemente elevada por los vientos; era Céfiro, el viento del Oeste, que la llevó a un valle donde quedó dormida, sobre un verde cesped.

Al despertar, Psique descubrió ante si un magnífico palacio de oro y mármol que comenzó a explorar. Las puertas se abrían y voces incorpóreas la guíaban y se presentaban como sus esclavas.

Cuando cayó la noche y Psique estaba a punto de dormirse, un misterioso ser la abrazó en la oscuridad, explicándole que él era el esposo para el cual estaba destinada. Ella no conseguía ver sus rasgos, pero su voz era dulce y su conversación llena de ternura. Su matrimonio se consumó, pero antes de que volviera la aurora, el extraño visitante desapareció, haciéndole prometer primero a Psique que jamás intentaría ver su rostro.

Psique no estaba descontenta con su nueva vida. No le faltaba de nada excepto su encantador esposo, que sólo iba a visitarla en la oscuridad de la noche. Sin embargo, fue presa de la nostalgia y una noche pidió a su marido que la dejase visitar a sus hermanas. Eros accedió a cambio de lo que le había hecho prometer a Psique.

Visitó entonces a sus dos hermanas que, devoradas por la envidia, sembraron en su corazón las semillas de la sospecha, diciéndole que su esposo debía ser un horrible monstruo para esconderse así de ella. La criticaron tanto que una noche Psique, a pesar de su promesa, se levantó de la cama que compartía con su esposo, con disimulo encendió una lámpara y la sostuvo encima del misterioso rostro.

En vez de un espantoso monstruo, contempló al joven más hermoso del mundo -el propio Eros-. A los pies de la cama estaban su arco y sus flechas. En su conmoción y su gozo, Psique tropezó y se pinchó con una de las flechas, y por eso acabó por enamorarse profundamente del joven dios que antes había aceptado por haberse enamorado él de ella. Pero su movimiento hizo que una gota de aceite caliente cayera sobre el hombro desnudo del dios. Él se despertó enseguida, regañó a Psique por su falta de palabra e inmediatamente desapareció.

El palacio desapareció también, y la pobre Psique se encontró en la roca solitaria otra vez, en una espantosa soledad. Al principio pensó en suicidarse y se tiró a un río que había cerca de allí, pero las aguas la llevaron suavemente a la otra orilla.

Desde entonces ella vagó por el mundo en busca de su perdido amor, perseguida por la ira de Afrodita y obligada por la diosa a someterse a cuatro terribles pruebas, que consiguió superarlas una tras otra, gracias a la ayuda de las criaturas de la Naturaleza -las hormigas, los pàjaros, los juncos-.

Finalmente tuvo que descender incluso al mundo subterráneo, a donde ningún mortal puede ir. Tenía que pedirle a Perséfone un frasco de agua de Juvencia -en otras versiones una caja- que le estaba prohibido abrir. Psique desobedeció movida por la curiosidad y quedó sumida en un profundo sueño.

Al final, conmovido por el arrepentimiento de su infeliz esposa, a la que nunca había dejado de amar y proteger, Eros despertó a Psique de un flechazo de su sueño mortal y, subiendo al Olimpo, le pidió permiso a Zeus para que Psique se reuniera con él.

Zeus se lo concedió y le otorgó a Psique la inmortalidad, dándole de comer la Ambrosía. Afrodita olvidó su rencor y la boda de los dos enamorados se celebró en el Olimpo con gran regocijo.

Simbología: Psique, literalmente, quiere decir "soplo", es el alma, y el nombre de una clase de mariposas. El arco y las flechas son símbolo de Eros, el amor.

Las Grayas



Cárites el nombre griego de las Gracias, divinidades de la belleza y la naturaleza. Viven en el Olimpo junto a las Musas y forman parte del coro de Apolo.

Son hijas de Zeus y Hera (a veces Eurínome, hija de Océano) y con su sola presencia esparcían en el corazón de los humanos y los dioses belleza y alegría.

Eran tres: Eufrosina (alegría), Aglaé (belleza) y Thalia (ardor).

Se las representaba como tres jóvenes desnudas cogidas por los hombros. Dos miraban hacia un lado y la tercera hacía el otro. Sus manos tejieron las ropas de Harmonía, compitieron con Afrodita por el don de la belleza, pero consolaron a la diosa cuando perdió a Adonis.

Simbología: Sus atributos son las rosas, el mirto y el dado del juego.

El mito de Atalanta


Atalanta fue una heroína vinculada al ciclo arcadio como relacionada con las leyendas beocias, consagrada a Artemisa y reconocida por sus inmejorables habilidades para la caza.

Sus orígenes varían según la versión del mito. Así, puede considerarse como hija de Yaso, descendiente de Árcade, y de Clímene, quiene era hija de Minia rey de Orcómeno. Para Eurípides y otros, su padre es más bien Ménalo, por quien la isla Ménalo fue nombrada. Sin embargo, la versión más difundida, especialmente desde Hesíodo, es en la que Atalanta es hija de Atamante y Temisto, gracias a lo cual se relaciona con la cultura beocia.

Su padre quería únicamente hijos varones y por eso al nacer Atalanta, la abandonó en el monte Partenio a su suerte. Ella pudo sobrevivir gracias a que una osa la cuidó y la amamantó, hasta que unos cazadores la encontraron y decidieron criarla.

Una vez que se convirtió en una bella y ágil mujer, Atalanta decidió no casarse y mantenerse virgen para consagrarse a la diosa de la cacería, Artemisa, a quien emulaba con sus acciones. Por ello, Atalanta vivía en el bosque cazando y llegó a ser una de las cazadoras más renombradas de la antigüedad.

Como mujer que era enfrentó muchos peligros, como cuando dos centauros -Reco e Hileo- quisieron violarla, pero ella siempre pudo defenderse gracias a sus inigualables habilidades, y mató a los centauros con sus flechas. Su fama se difundió sobre todo después de participar en la cacería del jabalí de Calidón y luego de obtener el premio a la carrera en los juegos fúnebres organizados en nombre de Pelias, donde compitió con Peleo, padre de Aquiles, el de los pies ligeros, héroe del ciclo toryano.

Además de estar consagrada a Artemisa, lo que implicaba que debía mantenerse virgen, Atalanta había recibido un oráculo en el que se le anunciaba que el día en que se casara, iba a ser convertida en animal. Por ello, y para evitar cualquier pretendiente, anunció que su esposo sería sólo aquel que lograra vencerla en la carrera, con la condición de que si ella triunfaba, debía matar a su oponente. Sin embargo, a pesar del peligro, muchos lo intentaron e irremediablemente perecieron, pues ella era invencible, aún cuando la joven siempre les daba alguna ventaja al inicio de la carrera.

Ahora bien, como era de esperarse apareció el joven que logró vencer a Atalanta en la competencia. En algunas versiones se dice que fue Hipómenes, hijo de Megareo, o también Melanión, hijo de Anfidamante y por tanto primo hermano de la cazadora virgen, cuando se la considera hija de Yaso.

El apuesto oponente decidió probar suerte en la carrera para obtener la mano de Atalanta, pero tenía una gran ventaja y es que llevaba con él unas manzanas de oro que le había regalado Afrodita, diosa del amor, y que procedían probablemente del jardín de las Hespérides o de un santuario de la diosa en Chipre. Durante la competencia, cada vez que Atalanta le iba a dar alcance, el joven dejaba caer una de las manzanas, que Atalanta se detenía a recoger, ya sea fascinada por su belleza o incluso dispuesta a dejarse engañar porque realmente había sido conquistada por el atrevido joven. En fin, como ella se distraía con cada manzana que caía, el joven pudo vencerla y así obtuvo su mano.

La pareja muy enamorada vivió feliz durante un tiempo, compartiendo sus cacerías y hazañas. En una de estas persecuciones, los esposos entraron en un santuario de Zeus (aunque a veces se dice que de Cibeles), y enemorados como estaban se detuvieron y gozaron de su amor. Zeus montó en cólera por el sacrilegio y transformó a la pareja en dos leones. Aparentemente, los griegos creían que los leones no se cruzaban entre sí, sino que lo hacían con los leopardos, de manera que al convertirlos a ambos en leones, Zeus estaba no sólo quitándoles su condición humana, sino condenándolos a una vida separada.

Otra versión de este suceso, es que después de la cacería en que el joven había vencido a Atalanta, éste no había agradecido a Afrodita su ayuda para poder vencer a la bella muchacha, y entonces la diosa molesta, provoca la profanación del templo, hecho por el cual Zeus los castiga y los convierte en leones.

Atalanta dio a luz un hijo, Partenopeo, que participó en la primera expedición de los siete contra Tébas. A veces se dice que este niño fue fruto de su matrimonio, pero también hay leyendas que indican que es hijo de Ares o de Meleagro.

Atalanta fue tan importante que de hecho hay varios mitógrafos, como Apolodoro, que la incluyen entre los Argonautas, grupo de héroes de la antigüedad que partió en un difícil viaje en busca del bellocino de oro. Ella, como era de esperarse, fue la única mujer que participó en esta travesía.

En Epidauro, estaba la fuente de Atalanta, y se decía que en una cacería, la joven tuvo sed por lo que golpeó la roca con su jabalina, de donde brotó al instante la fuente.

Atalanta es de gran importancia, pues simboliza la mujer contestaria que se rebeló contra todos los esquemas patriarcales de la Grecia antigua y logró obtener el respeto de sus contemporáneos así como de la posteridad.

El mito de Aracne


Aracne es hija de Idmón un tintorero y nació en Lidia. La joven era muy famosa por tener gran habilidad para el tejido y el bordado.

Cuenta la leyenda que hasta las ninfas del campo acudían para admirar sus hermosos trabajos en tales artes. Tanto llegó a crecer su prestigio y popularidad que se creía que era discípula de Átenea (diosa de la sabiduría y de las hiladoras).

Aracne era muy habilidosa y hermosa, pero tenía un gran defecto: era demasiado orgullosa. Ella quería que su arte fuera grande por su propio mérito y no quería deberle sus habilididades y triunfos a nadie. Por eso, en un momento de inconciencia, retó a la diosa, quien por supuesto aceptó el reto. Primero, se le apareció a la joven en forma de anciana y le advirtió que se comportará mejor con la diosa y le aconsejó modestia.

Aracne, orgullosa e insolente desoyó los consejos de la anciana y le respondió con insultos. Atenea montó en cólera, se descubrió ante la atrevida jovencita y la competencia inició. En el tapiz de la diosa, mágicamente bordado se veían los doce dioses principales del Olimpo en toda su grandeza y majestad. Además, para advertir a la muchacha, mostró cuatro episodios ejemplificando las terribles derrotas que sufrían los humanos que desafiaban a los dioses.

Por su parte, Aracne representó los amoríos deshonrosos de los dioses, como el de Zeus y Europa, Zeus y Dánae, entre muchos más. La obra era perfecta, pero Palas encolerizada por el insulto hecho a los dioses, tomó su lanza, rompió el maravilloso tapiz y le dio un golpe a la joven. Ésta sin comprender, se siente totalmente humillada y deshonrada, por lo que enloquece y termina por ahorcarse.

Sin embargo, Palas Atenea no permitió que muriera sino que la convirtió en una araña, para que continuara tejiendo por la eternidad.

Otra versión nos cuenta que Aracne tenía un hermano llamado Falange. Mientras ella aprendía con Palas Atenea las artes del tejido, Falange aprendía el arte de la guerra. Todo iba bien, hasta que la diosa descubrió que entre los hermanos existía una relación impía e incestuosa, por lo que los castigó convirtiéndolos en animales.

Las Amazonas


Las Amazonas eran un pueblo de solo mujeres descendientes de Ares, dios de la guerra y de la ninfa Harmonía. Se ubicaban a veces al norte, otras en las llanuras del Cáucaso, y otras en las llanuras de la orilla izquierda del Danubio. En su gobierno no interviene ningún hombre, y como jefe tienen una reina. La presencia de los hombres era permitida siempre que desempeñaran trabajos de servidumbre. Para perpetuar la raza se unían con extranjeros, pero sólo conservaban a las niñas. Si nacían varones, se cuenta en algunas versiones, que los mutilaban dejándolos ciegos y cojos. Otras fuentes indican que los mataban. Por decreto, a todas las niñas les cortaban un seno, para facilitarles el uso del arco y el manejo de la lanza. De esta costumbre proviene su nombre 'amazonas' del griego 'amazwn' que significa 'las que no tienen seno'.

Eran un pueblo muy guerrero, por lo que su diosa principal era Artemisa, la cazadora. Debido a esto, se les atribuía la fundación de Éfeso y la construcción del Gran Templo de Artemisa.

De este pueblo, hay muchas leyendas donde grandes héroes tuvieron que enfrentarse a ellas. Por ejemplo, Belerofonte quien luchó contra ellas por mandato de Yóbates. Una de las más conocidas es cuando Heracles (Hércules) cumple la misión que le asigna Euristeo, y se dirige a las márgenes del Termodonte a adueñarse del cinturón de Hipólita, reina de las amazonas. Ésta consintió en entregarle el cinturón a Heracles, pero la celosa Hera (esposa del dios Zeuz) provocó una rebelión entre las Amazonas, y Heracles tuvo que matar a Hipólita. Teseo que acompañaba a Heracles en su misión, se llevó a Antíope, una de las amazonas. Ellas, molestas por este atrevimiento y para vengar el rapto, hicieron la guerra contra Atenas, pero fueron derrotadas por los atenienses que estaban liderados por Teseo.

Otra azaña legendaria que las involucra, es la ayuda que le brindaron a los troyanos durante la guerra de Troya. Pentesilea, reina amazona, envió un grupo de apoyo a Príamo, rey troyano. Aquiles dio muerte a Pentesilea, quien antes de morir, hizo que éste se enamorara perdidamente de ella, lo que le infundió gran sufrimiento.

El mito de Alcestis


Alcestis es la hija menor de Pelias, rey de Yolco, y de Anaxibia. De todas las hijas de esa pareja, Alcestis es la más hermosa y piadosa.

La joven fue la única que pudo resistir a las malas artes de Medea, de forma que no participó en el asesinato de su padre, inmolado por el resto de sus hermanas engañadas.

Admeto, rey de Feras, se enamoró de la hermosa joven, pero el padre de ésta había decidido casar a su amada hija sólo con el hombre cuyo carro fuera tirado por un león y un jabalí bajo un mismo yugo. Admeto había sido servido por Apolo -en calidad de boyero-, cuando éste había sido castigado por haber matado a flechazos a los cíclopes en venganza de la muerte de su hijo, que Zeus había matado como castigo por su habilidad de resucitar muertos.

Debido a que durante su servicio, Apolo había recibido un buen trato de parte de Admeto, decidió ayudarlo y le proporcionó a éste el carro requerido como condición para obtener la mano de Alcestis. Así, la boda se lleva acabo.

Sin embargo, durante la celebración los novios olvidaron realizar un sacrificio a Artemisa, quien se moletó y llenó la habitación nupcial de serpientes. De nuevo Apolo agradecido (aunque dicen otras versiones que el dios estaba enamorado de Admeto), decide interceder ante su hermana por Admeto, al tiempo que obtiene la gracia de los Hados, para que Admeto no muriese el día designado si alguien se ofrecía en su lugar.

Cuando el día de la muerte de Admeto llega, nadie es capaz de tal sacrificio, excepto la joven Alcestis inflamada por el amor a su esposo. Debido a esto, el trágico Eurípides habla de la pareja como ejemplo de amor conyugal.

Como se había designado, Alcestis muere en lugar de su marido, pero Heracles -compañero de Admeto en la expedición de los Argonautas- llega de visita y pregunta el motivo del duelo que hay en palacio. Se le explica que la reina Alcestis ha muerto en lugar de su rey y amado esposo.

Heracles se sorprende y decide descender al Hades, en busca de la joven Alcestis. Luego, la rescata y la devuelve a la tierra entre los vivos, más hermosa y joven que nunca, para que viviera al lado del hombre por el que había sido capaz de morir.

Según otra versión, la propia Perséfone, impresionada por el amor de Alcestis, la había enviado por su decisión de vuelta a la vida.

El mito de Tetis


Tetis es una de las Nereidas. Su padre es Nereo, el Viejo del Mar y su madre es Dóride. Además, se le conoce por ser la madre de Aquiles.

Es una divinidad marítima e inmortal. Según otra versión es hija del centauro Quirón, pero esto no es lo más difundido.

La crió la diosa Hera (esposa de Zeus, dios de dioses) con la que guarda un verdadero vínculo y por lo general se ayudan en las malas, y se acompañan en las buenas.

Por ejemplo, una vez en que Zeus arrojó a Hefesto (dios del fuego, llamado también Divino Cojo) de la cumbre del Olimpo, debido a que éste quiso intervenir en una discusión de la pareja en favor de Hera, Tetis recoge al pobre dios. También es por orden de Hera que Tetis se hace cargo de la nave Argo donde viajan los Argonautas.

Se dice incluso que en una ocasión en que Zeus intentó conquistarla, la diosa se negó y lo rechazó para no molestar a Hera.

Sobre esto, hay otras teorías que dicen más bien que tanto Zeus como Poseidón (dios del océano) querían enamorar a la nereida, pero que por un oráculo se enteraron que el niño que ella tuviera sería más poderoso que su padre. Por eso para evitar derrocamientos y luchas de poder, prefirieron abstenerse y permitir que un mortal la amara.

Quirón se enteró de esto, y aconsejó a Peleo (su mortal protegido) que no desaprovechara la ocasión de emparentarse con una divinidad. Aunque la diosa se resistió, al final Peleo logró que ella accediera al amor.

Una vez casados, Tetis dio a luz a Aquiles (el héroe de la Ilíada). Tetis intentó por todos los medios otorgarle la inmortalidad a su hijo, procedimientos que resultaban peligrosos. Se cuenta que introdujo a Aquiles en fuego, pero que Peleo logró llegar a tiempo y así sucesivamente hasta que un día, decidió introducirlo en laguas de la laguna Estigia, en el Hades. Para ello lo tomó del talón, pero no pudo terminar porque Peleo llegó y de nuevo la detuvo. Así, el talón de Aquiles quedó vulnerable.

Debido a estos intentos de otrogarle la inmortalidad a Aquiles, Peleo decide disolver el matrimonio con Tetis, pues el no comprende y cree que Tetis desea hacerle daño al niño. No obstante, Tetis se mantuvo siempre pendiente de Aquiles.

Siempre lo protegió, y para la guerra de troya, ella intentó que él no fuera pues sabía que allí encontraría su final. Primero lo esconde entre las mujeres durante el reclutamiento de los soldados. Después, ya en la costa no lo deja desembarcar primero porque quien lo hiciera estaba destinado a morir. Le dio armas especiales, y después del amuerte de Patroclo (el amigo de Aquiles), Tetis le pide a Hefestos que fabrique unas armas para el joven héroe. Siempre loconsoló en momentos difíciles y trató de evitar que matara a Héctor, pues sabía que esa sería su propiacondena de muerte.

Una vez muerto Aquiles, Tetis se encargó de su nieto Neoptólemo.

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