Era la bella esposa de Anfitrión. Este debió partir a una expedición. Un día antes de su regreso, Zeus adoptando la forma del rey, se unió en el lecho con la hermosa y deseada Alcmena, a quien había vigilado desde hacia tiempo. Hizo el dios que la noche durara tres días, prohibiéndole al sol que apareciera.
Cuando Anfitrión regresó, se sorprendió de que su esposa no estuviera tan efusiva como debiera, teniendo en cuenta su ausencia, y de que también conociese los detalles de su viaje. Consultó entonces a Tiresias, quien lo puso al tanto de sus problemas.
En tanto, Alcmena parió a dos gemelos que habían sido concebidos con una noche de intervalo: Heracles, hijo de Zeus, e Ificles, hijo de Anfitrión.
El rey ya había tomado la decisión de castigar a su esposa quemándola en la hoguera, pero Zeus envió una lluvia tan torrencial que extinguió por completo el fuego. Ante tan clara indirecta divina, Anfitrión no tuvo más remedio que perdonar la vida de su esposa Alcmena, que en realidad no había sido culpable en el simulacro de Zeus.
Tenemos que aclarar aquí el papel de Tiresias, quienparece ser el adivino oficial. Cuenta la historia que paseando un día por el monte Cileno, o por el Citerón, el joven Tiresias vio a dos serpientes copular. Tiresias separó a los animales; unos dicen que hirió a la hembra y otros que la mató. Sea como fuere, la consecuencia fue que Tiresias quedó convertido en mujer. Siete años más tarde, paseando por el mismo lugar, volvió a ver dos serpientes copulando y actuó de la misma manera, en el acto recupero su sexo masculino.
En una de las tantas disputas de Zeus y Hera, en este caso sobre quién obtenía mayor placer durante la unión sexual, fue consultado, puesto que él había tenido los dos sexos. Tiresias dijo que si el goce podía tener 10 partes, una correspondía al hombre y las otras nueve a la mujer. Hera, enfurecida al ver descubierto su secreto -o el secreto femenino- lo encegueció. Pero Zeus en compensación le otorgó el don de profecía y el privilegio de una larga vida, siete generaciones humanas...
Cuando Anfitrión regresó, se sorprendió de que su esposa no estuviera tan efusiva como debiera, teniendo en cuenta su ausencia, y de que también conociese los detalles de su viaje. Consultó entonces a Tiresias, quien lo puso al tanto de sus problemas.
En tanto, Alcmena parió a dos gemelos que habían sido concebidos con una noche de intervalo: Heracles, hijo de Zeus, e Ificles, hijo de Anfitrión.
El rey ya había tomado la decisión de castigar a su esposa quemándola en la hoguera, pero Zeus envió una lluvia tan torrencial que extinguió por completo el fuego. Ante tan clara indirecta divina, Anfitrión no tuvo más remedio que perdonar la vida de su esposa Alcmena, que en realidad no había sido culpable en el simulacro de Zeus.
Tenemos que aclarar aquí el papel de Tiresias, quienparece ser el adivino oficial. Cuenta la historia que paseando un día por el monte Cileno, o por el Citerón, el joven Tiresias vio a dos serpientes copular. Tiresias separó a los animales; unos dicen que hirió a la hembra y otros que la mató. Sea como fuere, la consecuencia fue que Tiresias quedó convertido en mujer. Siete años más tarde, paseando por el mismo lugar, volvió a ver dos serpientes copulando y actuó de la misma manera, en el acto recupero su sexo masculino.
En una de las tantas disputas de Zeus y Hera, en este caso sobre quién obtenía mayor placer durante la unión sexual, fue consultado, puesto que él había tenido los dos sexos. Tiresias dijo que si el goce podía tener 10 partes, una correspondía al hombre y las otras nueve a la mujer. Hera, enfurecida al ver descubierto su secreto -o el secreto femenino- lo encegueció. Pero Zeus en compensación le otorgó el don de profecía y el privilegio de una larga vida, siete generaciones humanas...
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